El 1 de octubre de 1970, una auténtica marea humana acompañó el féretro del presidente egipcio Gamal Abdel Naser, tirado por ocho caballos a lo largo de un itinerario de 16 kilómetros.

La muerte, el 3 de junio de 1989, del ayatolá Ruhollah Jomeini, guía supremo de la Revolución Islámica en Irán, dio lugar a una multitudinaria manifestación. Dos millones de fieles llegaron a Teherán el 5 de junio, primero de los dos días de ceremonias fúnebres.