El sudeste asiático se protege a marchas forzadas ante el inminente paso del supertifón 'Mangkhut', que atacará con especial virulencia el archipiélago filipino durante el fin de semana. Manila ya ha decretado la alerta máxima y advertido sobre el vigor del fenómeno meteorológico, que en las últimas horas ha registrado vientos sostenidos de más de 200 Kilómetros por hora y ráfagas que superan los 250 kilómetros por hora.

El tifón, con un ancho de 900 kilómetros, se ha aliado con las lluvias del monzón y es previsible que sus intensos aguaceros dejen deslizamientos, aludes e inundaciones. Filipinas no recibe un tifón tan poderoso desde que el 'Haiyan' provocó en 2013 más de 7.000 muertos y desaparecidos, 16 millones de damnificados y un rastro de destrucción masiva.

Más de cinco millones de filipinos viven en la trayectoria prevista del tifón, ha desvelado el jefe de Defensa Civil, Ricardo Jalad. Está previsto que el sábado a primera hora entre por la provincia de Cagayan con olas de hasta seis metros de altura. Las autoridades han ordenado el cierre de colegios y llevado a miles de vecinos a edificios municipales habilitados como refugios y con víveres para varios días.

"Se están efectuando evacuaciones preventivas en las municipalidades costeras y en los pueblos más expuestos", ha afirmado el portavoz del Gobierno local, Rogelio Sending, a la agencia France Presse.

VIVIENDAS PRECARIAS

La televisión local ha mostrado a los locales cubriendo sus ventanas con tableros y asegurando con cuerdas sus tejados a la desesperada. Casi 50.000 viviendas en las áreas de acción del tifón están levantadas con materiales livianos y vulnerables a los briosos vientos del tifón.

También los pescadores se afanan en atar sus barcos y los agricultores en proteger lo que pueden de sus cosechas de arroz y maíz en la víspera de la temporada de recogida. El tifón puede tener efectos devastadores en una agricultura que ya sufría para cubrir las necesidades nacionales de arroz.

El presidente, Rodrigo Duterte, ha cancelado su agenda y supervisará las tareas de respuesta. Duterte ha aclarado que esperará para pedir asistencia internacional. "Dependerá del volumen de la crisis. Si el tifón lo tira todo abajo, quizá necesitemos alguna ayuda", ha señalado. Filipinas recibe una media de una veintena de tifones que dejan cerca de un centenar de muertos. La factura aumenta con fenómenos de la fuerza del 'Mangkhut', equivalente a los huracanes de fuerza 5 en el Océano Atlántico.

El tifón ha puesto en guardia a todos los gobiernos de la zona. Las autoridades de Hong Kong, donde el tifón llegará el domingo tras abandonar Filipinas, han pedido a los residentes de las zonas en riesgo que se dirijan a los refugios temporales. El Mangkhut coincidirá en la excolonia con temperaturas sofocantes por encima de los 35 grados.

En la provincia china de Guangdong, cercana a Hong Kong, los más de 36.000 barcos pesqueros registrados ya estaban en el puerto el jueves. Más de 24.000 trabajadores de la construcción y 11.000 pescadores han sido trasladados a zonas más seguras, según el diario 'South China Morning Post'.

TRENES DE ALTA VELOCIDAD

Los trenes de alta velocidad que unen Guangzhou, Shenzhen y Hong Kong, en el área económica más vibrante de China, han sido detenidos. El gobierno de la isla tropical china de Hainan ha trasladado a la ciudad más de 1.300 toneladas de comida para asegurar el suministro durante tres días.

Los efectos del tifón ya se han dejado notar en Guam, la isla que el pasado año alcanzó las portadas globales por las amenazas norcoreanas de bombardearla. En la isla, que alberga una base militar estadounidense, el tifón ha provocado cortes de electricidad en un 80 % de la superficie, ha arrancado árboles y anegado calles.