"La Tragedia" de Sharm el Sheij anunciada a toda página ayer por los principales diarios franceses, fue acogida con verdadero estupor por los ciudadanos, especialmente conmocionados por el hecho de que familias enteras resultaron diezmadas al regreso de unas vacaciones al sol. Las imágenes de los parientes literalmente hundidos en el aeropuerto de Roissy al enterarse de que el vuelo FSH 604 no llegaría nunca impresionó a la opinión pública.

"Nunca habían muerto tantos franceses en un accidente de avión", explicó un funcionario del Ministerio de Exteriores como para justificar la consternación general. Hasta tres generaciones de una misma familia han muerto como en el caso del abogado Philippe Fouchard, de 66 años, que pereció junto a su esposa, hijos y nietos. Once personas en total. Su hijo David, es el único superviviente ya que, por razones de trabajo, no hizo el viaje.

Tras las vacaciones

"La muerte al final de las vacaciones", es muy difícil de digerir, apostillaba una enfermera del hospital de Courbevoie, enlutado por la muerte de dos médicos. Yvon Chotard y su esposa, Pascale. "soñaban con este viaje a Egipto", explicó uno de sus hijos.

En una rápida reacción gubernamental, el secretario de Estado de Exteriores, Renaud Muselier, viajó ayer al lugar de la tragedia, donde expresó "angustia" y "desamparo".