El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, se reunió el año pasado --en plena campaña electoral de Donald Trump-- en dos ocasiones con el embajador de Rusia en Washington, Sergei Kisliak, encuentros que ocultó hace apenas unos días cuando se le preguntó sobre posibles contactos con Moscú durante su ceremonia de jura del cargo como máximo responsable del Departamento de Justicia de EEUU.

Fuentes del Departamento de Justicia han confirmado al diario The Washington Post estos encuentros, aunque han argumentado que Sessions se reunió con el embajador ruso en su calidad de senador, no como miembro de la campaña de Trump. La primera de estas reuniones tuvo lugar en julio del 2016 y la segundo, en el despacho de Sessions, entonces senador, el pasado mes de septiembre, en el momento álgido de lo que la Inteligencia estadounidense definió como una cibercampaña auspiciada por Moscú para influir en las elecciones presidenciales a favor de Trump.

NEGÓ LOS CONTACTOS

Durante la audiencia para confirmarle en el cargo de fiscal general, a Sessions se le preguntó qué haría si hubiera alguna prueba de que alguien vinculado al equipo de Trump se hubiera comunicado con el Gobierno ruso durante la campaña. Su respuesta fue: "No soy consciente de ninguna de esas actividades". "Me han llamado como sustituto en una o dos ocasiones durante la campaña, y no he tenido comunicación con los rusos", aseguró entonces. Ahora que se ha sabido que sí existió ese contacto, fuentes de su equipo aseguran que Sessions no consideró esas conversaciones "relevantes". "No hubo nada absolutamente engañoso en su respuesta", ha asegurado su portavoz, Sarah Isgur Flores.

En enero un senador demócrata pidió a Sessions que respondiera, por escrito, a varias preguntas, entre ellas acerca de si había estado "en contacto con alguien conectado de algún modo al Gobierno ruso sobre las elecciones, ya fuera antes o después" del 8 de noviembre. Su respuesta fue un rotundo "no". El fiscal general de EEUU también ocultó que se había reunido con el embajador de Rusia

Su portavoz ha defendido que Sessions se reunió con Kisliak en calidad de miembro de la jutna de servicios militares, más que como suplente en la campaña de Trump. "Se le preguntó acerca de comunicaciones entre Rusia y la campaña de Trump, no sobre contactos que pudo mantener como senador y miembro de la Comisión de Servicios Militares", ha explicado Flores.

NUEVO REVÉS PARA TRUMP

La revelación de estos contactos podría suponer un nuevo revés al Gobierno de Trump ya que como fiscal general, Sessions supervisa el Departamento de Justicia y el FBI, quienes han estado dirigiendo las investigaciones sobre la presunta injerencia de Rusia y los vínculos de Moscú con cercanos a Trump. De hecho, la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha pedido ya la dimisión de Sessions. En un comunicado, Pelosi subraya que el fiscal general "mintió bajo juramento". "Bajo pena de perjurio, le dijo al comité judicial del Senado 'Me han llamado como sustituto en una o dos ocasiones durante la campaña, y no he tenido comunicación con los rusos'. Ahora sabemos que esa declaración es mentira", ha subrayado la dirigente demócrata.

Si dimite, Sessions sería el segundo miembro del equipo de Trump en saltar a los pocos días de tomar posesión. Y por el mismo motivo: los contactos con Rusia. El pasado mes de febrero el entonces asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Michael Flynn, se vio obligado a dimitir después de que que saliera a la luz que había mentido al vicepresidente, Mike Pence, y a otros altos cargos de la Casa Blanca acerca de una conversación que había mantenido con el embajador ruso. Flynn, que estuvo en el cargo menos de un mes, estuvo en el punto de mira desde que se conoció que había mantenido una serie de contactos con Kisliak el día previo a que Washington impusiera, a finales de diciembre, una nueva ronda de sanciones contra Rusia.