Después de que Francia fuera víctima de una nueva serie de atentados terroristas el pasado otoño, Emmanuel Macron prometió en noviembre reforzar los controles fronterizos y revisar en profundidad las normas del tratado Schengen. Una promesa que se traduce ya en medidas concretas: Francia ha cerrado el paso fronterizo del puerto del Portillon, en la Vall d'Aran. El puerto, que comunica España con el Hexágono, cerró este miércoles a las 20 horas por un periodo indeterminado.

El paso, situado en los Pirineos Centrales, fue clausurado por orden de la prefectura de Haute-Garonne. La disposición, que prohíbe el paso a vehículos y peatones, estará vigente hasta nueva orden, según indica la prefectura en un comunicado. El cierre no afectará a las fuerzas de seguridad interior ni a los servicios de emergencia; bomberos, profesionales sanitarios, médicos y paramédicos debidamente identificados, así como el personal encargado del mantenimiento de la carretera, estarán exentos de la veda.

En su comunicado, la prefectura recuerda que es posible atravesar la frontera por Melles-Pont du Roy, la salida natural a Francia desde la Vall dAran. Esta alternativa viene acompañada de un revés: el alcalde de Bossòst (Lleida), interrogado por la agencia EFE, estima que el cierre perjudicará a todas las personas que necesitan desplazarse a diario al otro lado de los Pirineos. En este caso, el paso fronterizo que permanecerá abierto se encuentra entre las localidades aranesas de Bausen y Canejan y se tiene que dar mucha más vuelta para poder acceder a Francia.

Irregularidades e ineficacia de los controles fronterizos

La decisión de Haute-Garonne está en sintonía con la promesa macronista sobre el refuerzo de los controles en las fronteras dentro del espacio Schengen: "Los recientes atentados obligan a Europa a intensificar la lucha contra el terrorismo Los actos terroristas pueden ser llevados a cabo por personas que utilizan las corrientes migratorias", aseguró el presidente francés el pasado 5 de noviembre en una visita al puesto fronterizo del Pertús, en la frontera franco-española, antes de abogar por la creación de una "verdadera policía de seguridad de las fronteras exteriores" y anunciar la movilización de "4.800 policías, gendarmes y militares" para luchar contra la inmigración ilegal y sus ramificaciones terroristas.

La posición de Francia sobre una "reforma en profundidad" del tratado Schengen para proteger "mejor las fronteras comunes, se explica principalmente por el ataque protagonizado por Brahim Aoussaoui el pasado 29 de octubre. El joven tunecino, autor del atentado que acabó con la vida de tres personas en la ciudad de Niza, llegó de forma clandestina a Europa a través de la isla italiana de Lampedusa. La orden de expulsión de las autoridades italianas no le impidió circular libremente hasta llegar a territorio francés. El suceso puso bajo los focos las irregularidades y la ineficacia de los controles fronterizos en Europa.