A juzgar por el análisis de la organización humanitaria Human Rights Watch, el presidente francés, Emmanuel Macron, se erige como estandarte de la lucha contra los populismos que avanzan amenazantes en Europa y el mundo. Es una de las principales reflexiones del director de la prestigiosa organización, Kenneth Roth, en referencia al informe anual del año 2017 presentado ayer en París. «Macron demostró, en definitiva, que una defensa vigorosa de los derechos democráticos pueden atraer un amplio apoyo», aseguró Roth.

La organización humanitaria concluye que los populismos, encarnación del retroceso de los derechos humanos, han sufrido un frenazo en el 2017 y «parecen menos inevitables que el año 2016». «El impulso populista no es inevitable y puede ser revertido si los gobiernos y el público están dispuestos a hacer el esfuerzo», añade el informe.

En contraposición al talante del estadounidense Donald Trump y otros, el director de HRW destacó que Macron abordó su campaña electoral rechazando los planteamientos del ultraderechista Frente Nacional, rebatiendo frontalmente los mensajes contra los musulmanes, en particular, y los inmigrantes en general. Y los ciudadanos franceses, permeables al mensaje, le dieron el poder frente a la amenazante Marine Le Pen.

«DESAPARECIDOS EN COMBATE»

Sin embargo, la amenaza acecha con fuerza. Para HRW, dos defensores tradicionales de los derechos humanos en el mundo están «desaparecidos en combate»: EEUU, «liderado por un presidente que muestra simpatía por los hombres fuertes que pisotean los derechos humanos» y el Reino Unido, «preocupado» por el brexit.

En contraposición a la campaña electoral de Macron, HRW denuncia que países como Alemania, Austria y Holanda, lejos de repudiar los argumentos de los partidos nacionalistas, muchas veces muestran tibieza con los postulados antidemocráticos en aras de no perder votos.

El director de la oenegé señaló la llegada de Trump a la Casa Blanca como «un momento de desesperación». Sin embargo, según Roth, desde entonces «ha habido cierto éxito a la hora de limitar la agenda de los populistas» en los países donde se ha podido organizar una resistencia. La defensa de los derechos humanos por parte de grupos cívicos, medios de comunicación, políticos y jueces ha logrado limitar el daño de las políticas impulsadas por el dirigente y contrarrestar el vacío que ha dejado el liderazgo de EEUU en este campo.

La defensa de los derechos humanos en EEUU por parte de grupos cívicos, medios de comunicación, políticos o jueces ha conseguido «limitar el daño» de las políticas impulsadas por Trump, lo que evidencia, según la opinión de Roth, que el sistema de contrapoderes en ese país todavía funciona.

En el vacío que ha dejado el liderazgo estadounidense en el campo de los derechos humanos, algunos países pequeños -o incluso diminutos como Liechtenstein- han asumido el relevo y han demostrado que con perseverancia se pueden alcanzar grandes logros.

Human Righat recoge la investigación por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre los abusos cometidos en el Yemen, que promovió Holanda, el nombramiento de un fiscal para crímenes de guerra en Siria, impulsado por Liechtenstein, o los esfuerzos de Islandia por investigar las exacciones de Rodrigo Duterte en Filipinas.

Estas iniciativas, sin embargo, no esconden que allí donde gobiernan los dictadores y autócratas la oposición está siendo barrida, como testimonian los casos de la Turquía de Recep Tayyip Erdogan o el Egipto de Abdelfatah al Sisi.

El director de HRW se muestra especialmente crítico con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ya que, en su opinión, se muestra reticente a a alzar la voz en asuntos vinculados con los derechos humanos. «Su prioridad en su primer año ha sido mejorar sus relaciones con Washington y evitar los ataques de Trump a Naciones Unidas. Espero que ahora que entramos en su segundo año se escuche su voz más a menudo, porque el mundo necesita oírla», ha argumentado Roth.