El nerviosismo parece hacer mella entre las tropas norteamericanas destacadas en Bagdad. Tres periodistas iraquís que trabajan para la agencia Reuters fueron detenidos por soldados de EEUU en Faluya mientras cubrían el incidente en el que se vio envuelto un helicóptero norteamericano OH-58, que fue derribado el viernes por la resistencia y en el que murió un piloto norteamericano. Según el chófer que acompañaba a los periodistas, los tres informadores, que vestían chalecos donde estaba escrita bien visible la palabra prensa, fueron tiroteados por soldados de EEUU mientras filmaban en un control cercano al lugar donde cayó el aparato derribado.

El general Mark Kimmitt se limitó a decir en una rueda de prensa que insurgentes que vestían como periodistas habían disparado contra sus soldados en esa misma zona.

Lo cierto es que el Año Nuevo y la detención de Sadam Husein no han traído la calma que esperaban las tropas ocupantes. Un soldado norteamericano de la Cuarta División de Infantería perdió la vida y otros dos resultaron heridos el viernes por la noche en un ataque con morteros contra una base militar norteamericana cercana a Balad, a unos 80 kilómetros al norte de Bagdad. Tras el ataque, las tropas de EEUU detuvieron a seis sospechosos. Además, dos soldados perecieron el viernes en una emboscada al sur de Bagdad.

Los incidentes en que se ven envueltos soldados norteamericanos, a decir del general Kimmitt, se ha reducido. Algunos expertos opinan que las tropas de EEUU ya han aprendido a protegerse mejor, y los soldados están menos expuestos.