El Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza ha confirmado este domingo los dos primeros casos que han dado positivo por coronavirus en este pequeño territorio palestino sobre el que Israel, con la ayuda de Egipto, mantiene un bloqueo por tierra, mar y aire desde el 2007.

Los contagiados son dos palestinos que entraron en Gaza procedentes de Pakistán. Según las autoridades gazatís, nada más llegar por el paso fronterizo de Rafah, que limita con Egipto, al sur de la Franja, se les llevó a un hospital de esa ciudad, donde se encuentran aislados.

Según el director del Ministerio de Sanidad de Gaza, Yusef Abu al Rish, los afectados no tuvieron contacto con la población general al llegar a Gaza sino que fueron directamente al hospital. Aunque es inevitable que mantuvieran algún tipo de contacto con las autoridades policiales al llegar a Gaza.

52 contagiados en Cisjordania

En la Franja, que mide 364 km2 y está gobernada por el grupo palestino islamista Hamás desde el 2007, viven dos millones de palestinos, lo que la convierte en uno de los lugares con más densidad de población del mundo.

Sus vecinos no pueden salir habitualmente si no disponen de un permiso israelí que no suele concederse. Estos días, la frontera con Israel está cerrada a cal y canto, dentro de las medidas de confinamiento que ha adoptado el Gobierno israelí.

En Israel, los casos confirmados de coronavirus son 945, según anunciaron este domingo las autoridades. La gran mayoría presentan síntomas leves y 37 israelíes están ya curados. Pero hay 20 personas en estado grave de los que una ha fallecido.

En el territorio palestino ocupado de Cisjordania, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha confirmado 52 casos de coronavirus, la mayoría concentrados en Belén, ciudad completamente cerrada desde hace días.

El gobierno de Hamás, en Gaza, y muchos ciudadanos temen que el COVID-19 se expanda por la Franja y se viva una catástrofe humanitaria, ya que el sistema sanitario de este territorio palestino se encuentra en una situación muy precaria. Además, en Gaza se producen largos cortes diarios de agua y electricidad que dificultan la higiene necesaria para evitar contagios.