Las autoridades de Gibraltar interceptaron ayer al petrolero iraní Grace 1 que transportaba crudo a la refinería de Baniyas, al este Siria, vulnerando las sanciones decretadas por la Unión Europea contra el país árabe. Como respuesta, Irán calificó la captura de «ilegal» y convocó embajador del Reino Unido en Teherán .

El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, emitió un comunicado afirmando que existen «razones para creer que el petrolero llevaba su cargamento a la refinería de Baniyas en Siria […] propiedad de una entidad sujeta a las sanciones de la Unión Europea contra Siria».

El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, explicó que el Gobierno está estudiando las circunstancias en las que se produjo la captura del petrolero por si afecta a la soberanía española. España no reconoce a Gibraltar más aguas que las del puerto, porque en el Tratado de Utrecht no se cedieron, pero Reino Unido y el Peñón entienden que el mar que rodea el territorio son «aguas territoriales británicas de Gibraltar» y el área es escenario de incidentes frecuentes. Borrell aseguró que España estaba al tanto de la operación, fruto de «una petición de EEUU al Reino Unido» y que había patrulleras de la Guardia Civil «securizando la zona».