Boris Johnson reiteró el lunes su confianza en la máxima responsable de la Policía Metropolitana de Londres, Cressida Dick, cuyo cese habían pedido fuerzas políticas y sociales tras la desproporcionada respuesta de los agentes policiales al disolver una concentración por el secuestro y asesinato de Sarah Everard. En una declaración en la Cámara de los Comunes, la ministra del Interior, Priti Patel, confirmó la apertura de una investigación interna para determinar la actuación policial, que acabó con varias detenciones el sábado. La disputa no ha hecho perder de vista el problema fundamental de la inseguridad en que viven las mujeres y que tan caro pagó Everard. Patel reveló haber recibido 78.000 respuestas, una cantidad "sin precedentes", a un sondeo lanzado el pasado año por su departamento entre mujeres sobre cómo atajar la violencia de género. La ministra prometió presentar en el Parlamento una "nueva estrategia" para combatir este tipo de delitos antes de que finalice el año. De momento, el Gobierno promulgará en abril la ley de violencia doméstica y está revisando la legislación para incrementar las condenas por violación.

"La gente y las mujeres en particular, deben sentir, que cuando plantean denuncias serias de violencia, de agresiones, se las escucha y responde adecuadamente. Vamos a garantizar que sea así", declaró Johnson, que presidió una reunión de la Unidad del Crimen centrada en los últimos acontecimientos y en la repercusión del asesinato de la ejecutiva de 33 años, del que ha sido inculpado un policía. "Tenemos que reconocer que la tragedia y el horrible crimen que hemos visto en el caso de Sarah Everard ha desencadenado y desatado una ola de emociones entre las mujeres, que temen por su seguridad por la noche", añadió el primer ministro. Algunas voces reclaman que se elabore un registro con los hombres que sido condenados por violencia de género, similar al que ya existe de agresores sexuales, de manera que las autoridades y las mujeres puedan protegerse mejor.

La actitud de la policía y la justicia hacia la violencia contra las mujeres también debe cambiar. Incluso cuando las agresiones sexuales son muy graves, en raros casos los atacantes acaban siendo procesados. El diario londinense 'Evening Standard' recordaba que sólo una de cada 20 denuncias por violación lleva a la policía a presentar cargos. Nueve de cada diez víctimas son mujeres. Ha habido también un descenso del 42% en el número de procesamientos en la capital por violencia doméstica, de acuerdo con la Fiscalía de la Corona.

Una ley "sin sentido"

La polémica ha coincidido con la presentación en la Cámara de los Comunes de la ley de policía, criminalidad, sentencias y tribunales, que prolongará el periodo de obligado cumplimiento de cárcel en las condenas por delitos sexuales. Pero las nuevas normas también aumentan los poderes de la policía a la hora de confrontar manifestaciones. El Partido Laborista anunció que votará en contra y más de 150 organizaciones han advertido que las medidas son "un ataque a algunos de los derechos más fundamentales de los ciudadanos". Se da la paradoja de que la propuesta contempla aumentar con cuatro años más las ofensas sexuales graves, pero incrementa hasta con 10 de cárcel el dañar estatuas, dependiendo de su valor "emocional e histórico". "Está ley no tiene sentido", ha declarado la diputada laborista a cargo de la violencia doméstica, Jess Phillips. "Pretende encerrar a los que dañan las estatuas más tiempo que a los que atacan a las mujeres".