El Gobierno francés garantizará una pensión mínima de 1.000 euros netos al mes en la futura reforma del sistema de jubilación que el primer ministro, Edouard Philippe, ha presentado este miércoles de manera detallada ante la sede del Consejo económico, social y medio ambiental mientras siguen los paros en el transporte de la región parisina.

Philippe ha confirmado la desaparición progresiva de los actuales 42 regímenes de jubilación -incluyendo los especiales- para fundirse en un régimen universal por puntos que entrará en vigor en el año 2025 de forma que las nuevas reglas afectarán sólo a los nacidos después de 1975.

"La generación del 2004 será la primera en integrar el sistema universal de jubilación desde su primer trabajo, ha indicado Philippe, quien ha subrayado que nada cambiará para quien esté a 17 años de la jubilación.

"EDAD DE EQUILIBRIO"

Aunque el proyecto de ley no toca la edad legal de jubilación, que seguirá siendo de 62 años, se incentiva prolongar la actividad laboral fijando una "edad de equilibrio" en los 64. Quien se retire a partir de esa edad tendrá beneficios y quien lo haga antes, una penalización.

Consciente de la fuerte movilización contra la reforma, el Ejecutivo dará un papel relevante a los agentes sociales en la gestión del futuro sistema y ha prometido medidas suplementarias para compensar las pérdidas potenciales que colectivos como los profesores o el personal sanitario tendrían con las nuevas reglas.

"Proponemos un pacto entre generaciones, un pacto fiel al que el Consejo Nacional de la Resistencia puso en marcha tras la guerra. Refunda profundamente las reglas para corregir las injusticias, pero mantiene sus valores fundadores, defendió el primer ministro, evocando la Francia de 1945 y anclando la reforma en la estela del gaullismo social. El texto será presentado en Consejo de Ministros el próximo enero y debatido en el Parlamento en febrero.