La elevadísima participación registrada ayer en los estados cruciales para obtener la mayoría en el colegio electoral parecía beneficiar al candidato demócrata, John Kerry, al cierre de esta edición. Su partido ha movilizado a millones de nuevos votantes y éstos decidieron no faltar a las urnas, superando las previsiones de afluencia, por lo que la igualada balanza se inclinaba en las primeras estimaciones en contra del presidente George Bush y daba una ligera ventaja a John Kerry.

Esos estados empezaron la jornada igualadísimos, porque la esencia de su división radica en los profundos cambios demográficos y económicos a los que están sometidos. Así, en Florida y en Nuevo México la composición de la población está transformándose a causa del acelerado flujo migratorio de hispanos. En el cinturón industrial del noreste, el creciente desempleo generado por la política de Bush está reforzando a Kerry, sobre todo en el tradicional estado republicano de Ohio. También Pensilvania y Colorado registran esas metamorfosis cruciales.

GUERRA DE HISPANOS EN FLORIDA El estado más decisivo era Florida, donde en el 2000 Bush ganó por 537 votos y este año ha repartido más de 10.000 millones de dólares (unos 8.000 millones de euros) en compensaciones por los daños de los huracanes. El presidente cuenta con el apoyo de la comunidad cubana, pero la votación es una auténtica guerra entre hispanos, puesto que dominicanos, colombianos, peruanos y hasta puertorriqueños favorecen a Kerry.

Además, el desastroso estado de la sanidad inclina contra Bush a los electores jubilados y a los de menores ingresos. Asimismo, los demócratas ganaron la batalla del registro de nuevos votantes, que este año suman 1,5 millones más que en las anteriores elecciones.

INMIGRANTES EN NUEVO MEXICO Kerry iba bien encarrilado en Nuevo México (que Al Gore ganó en el 2000 por sólo 366 votos), en el que la avalancha de inmigrantes mexicanos ha elevado el porcentaje de hispanos hasta el 42%. El popular gobernador demócrata del Estado, Bill Richardson, se ha gastado el equivalente a 640.000 euros en sus esfuerzos por registrar nuevos votantes, sobre todo latinos e indios americanos.

Los republicanos no lograron ganar el pleito por el que exigían que los nuevos electores registrados tuvieran que demostrar de nuevo su ciudadanía a la hora de votar.

DESEMPLEO EN OHIO En Ohio se han perdido unos 270.000 puestos de trabajo durante el mandato de Bush y eso perjudica enormemente al presidente en las urnas. Por ello, el secretario de Estado, Kenneth Blackwell (copresidente de la campaña Bush-Cheney), ha entablado duras batallas legales para impedir el registro de votantes demócratas.

Tras varias apelaciones, ayer mismo Blackwell consiguió que los tribunales autorizasen que los observadores republicanos interroguen en los colegios electorales a los votantes que les parezcan sospechosos de fraude electoral.

Filadelfia y Pittsburgh, las grandes ciudades de Pensilvania, inclinan la balanza hacia el voto demócrata, frente a las zonas rurales republicanas. La última batalla se libraba ayer en los suburbios ricos de Filadelfia, cuyos residentes tienden a votar republicano pero comparten ideas progresistas en temas cruciales para EEUU como el aborto, el control de armas o el medio ambiente. El independiente Ralph Nader, cuyo voto perjudica a Kerry, no se ha presentado en Pensilvania.

REFERENDO EN COLORADO En Colorado, el registro de votantes ha crecido en un 10% y los hispanos ya representan un quinto de la población, lo que beneficia a Kerry. Un referendo pretende hacer que el voto electoral se reparta proporcionalmente entre los candidatos, en vez de adjudicarlo todo al ganador, y entraría en vigor de inmediato.