En teoría, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, médico de profesión, debería ser uno de los miembros del colegio de comisarios mejor cualificados para gestionar una pandemia como la del covid-19. Sin embargo, los retrasos en la llegada de las vacunas, primero de Pfizer y después de AstraZeneca, o los errores políticos cometidos por su equipo en los últimos días, poniendo en riesgo el protocolo entre Irlanda e Irlanda del norte, han minado su credibilidad y han puesto en cuestión su gestión.

Hasta el punto de que este martes acudió por videoconferencia y a petición propia- ante los principales grupos del Parlamento Europeo que apoyaron su investidura hace año y medio -Partido Popular Europeo, Socialista y Demócratas y liberales de Renew- a dar explicaciones durante tres sesiones de una hora celebradas a puerta cerrada. Pese al caldeado ambiente de los últimos días y las muchas críticas recibidas, en las reuniones primó el buen tono, según las fuentes consultadas presentes y no hubo ninguna bronca aunque sí muchas peticiones de máxima transparencia y de acceso a los contratos firmados por la UE con las empresas farmacéuticas.

Según las fuentes consultadas, Von der Leyen reconoció durante sus intervenciones que llevará meses construir la capacidad de producción de vacunas necesaria, pero apoyó la reivindicación de los grupos de que los contratos con las farmacéuticas deben ser públicos, algo en lo que dijo trabaja la comisaria de sanidad, Stella Kyriakides, y defendió la transparencia para saber a dónde van los antídotos que producen. La alemana también explicó que la velocidad de producción se está acelerando y que tras la recepción de 18 millones de dosis en enero, esperan recibir 33 millones en febrero y 55 millones en marzo. En este punto, los eurodiputados le urgieron a considerar todas las opciones posibles para pisar todavía más el acelerador.

"Asumo la responsabilidad"

Lo más llamativo, quizás, tras días echando balones fuera y apuntando a otros responsables de su colegio de comisarios como su vicepresidente ejecutivo Valdis Dombrovskis, es que asumió la responsabilidad por los errores cometidos en la creación del mecanismo de control de exportación de vacunas. Aunque su equipo rectificó con rapidez, la Comisión llegó a activar la cláusula de salvaguarda del protocolo de Irlanda y provocar con ello el enfado de Dublín y Londres por no consultar de antemano.

La alemana achacó el embrollo a las prisas del momento y asumió toda la responsabilidad por los errores cometidos en un gesto destinado a apaciguar las aguas. Ha asumido la responsabilidad y más no le vamos a pedir, indicaron fuentes del grupo popular que insisten en que lo ocurrido es una tormenta de Bruselas y que la ciudadanía lo que quiere es que lleguen las vacunas cuanto antes.

"La presidenta de la Comisión ha respondido a muchas preguntas pero aún así debe mejorar su comunicación, dar actualizaciones diarias a otras instituciones y a la prensa sobre los progresos y los problemas", dijo tras el encuentro el líder de los liberales, Dacian Ciolos, que aunque calificó de "clara y constructiva" la discusión espera un debate público durante la sesión plenaria de la próxima semana. "Los recientes errores han añadido una imprevisibilidad no deseada en un momento muy preocupante para millones de europeos y empresas. No tenemos margen para el error en este proceso", advirtió.

Verdes este miércoles

Tras tomar la temperatura a los tres grandes grupos que la apoyaron en su investidura, este miércoles la ex ministra de defensa alemana ha acudido a dar explicaciones ante el grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea. Y de nuevo ha salido airosa. Aunque su copresidente, Philip Lamberts, ha admitido la existencia de errores, tanto en la gestión de la estrategia vacunas como en la puesta en marcha del mecanismo de control de las exportaciones, considera que no es motivo para pedir la dimisión de la presidenta de la Comisión. "No nos escucharán decir que deben dimitir", ha dicho tras el encuentro.

"Ha habido errores pero aquellos que ponen en cuestión que estaríamos mejor sin una estrategia común de vacunación la respuesta es no. No puedes utilizar estos errores para decir que deberíamos utilizar un enfoque nacional", ha avisado recordando que parte del problema se solventaría con más transparencia de ahí su insistencia a obtener la publicación de los contratos negociados por la Comisión y llegar incluso al Tribunal de Justicia de la UE para que sean los jueces los que determinen qué partes pueden quedar en secreto y cuáles no.

Calabazas a la izquierda

Con quien no ha accedido a reunirse este miércoles es con la Izquierda Unitaria Europea, que también le invitó a comparecer ante el grupo aunque sin respuesta. El grupo ha exigido explicaciones en público, ante el pleno del Parlamento Europeo, y la creación de una comisión parlamentaria de investigación. Es inaceptable que la Comisión se esconda de los ciudadanos europeos en vez de asumir su liderazgo real. Una pandemia está causando un tremendo sufrimiento en los ciudadanos. Es lo contrario de lo que necesarios en tiempos de crisis, le ha reprochado la copresidenta de la izquierda en la Eurocámara, Manon Aubry.