El Partido Popular Europeo suspendió al Fidesz de Viktor Orbán en 2019. Desde entonces el primer ministro húngaro no ha podido participar en las reuniones del PPE. La decisión no tuvo ningún impacto en el grupo parlamentario en la Eurocámara dónde han seguido copando cargos en las comisiones y hablando en nombre del grupo. Este miércoles y pese a la amenaza de Orbán de abandonar el grupo del PPE, el más nutrido del hemiciclo con 187 representantes, el grupo revisará sus normas internas. Estas reformas facilitarán la suspensión de delegaciones nacionales en bloque como la húngara, que podría producirse en cuestión de semanas.

“El mensaje está claro y debidamente anotado. Si el Fidesz no es bienvenido, no nos sentimos obligados a permanecer en el grupo”, escribió el húngaro en una misiva al líder del PPE, Manfred Weber. En ella recuerda que son la delegación más fuerte y que limitar los derechos de los eurodiputados es “profundamente antidemocrático”. Así que, “si las disposiciones aceptadas se votan y son adoptadas, el Fidesz abandonará el grupo”, anunció.

Los cambios fueron acordados el pasado 26 de febrero por el presidente del grupo y los máximos responsables de las delegaciones nacionales, con la excepción de la húngara, por lo que todo apunta -si este miércoles se confirma la aprobación por una mayoría de dos tercios- al final de una relación tempestuosa que vivió uno de sus últimos encontronazos en diciembre pasado cuando el jefe de filas de los húngaros en el PPE, Tamas Deutsch, atacó a Weber y comparó su apoyo al mecanismo de control del estado de derecho con la 'Gestapo'.