Medio millón de iraquís han huido este miércoles de la ciudad de Mosul, en el Kurdistán iraquí, el norte del país, después de que en los últimos dos días, diversos grupos yihadistas e islamistas, encabezados por el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL), se hicieran con el control de esta localidad y de otras poblaciones iraquís, principalmente en la provincia de Nínive, según ha informado la Organización Internacional para la Migración (OIM). Los combates entre el Ejército iraquí y los grupos islamistas han provocado decenas de víctimas, entre las cuales “hay muchos civiles”, según la OIM.

Un grupo de combatientes ha secuestrado hoy al cónsul turco en Mosul y lo mantiene retenido junto a otros 48 funcionarios y representantes diplomáticos, según informó el Gobierno turco. El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha pedido al Parlamento que declare el estado de emergencia en Irak.

Los yihadistas también se han hecho con el control de ciudades como Trikrit, en la provincia de Saladino, a 160 kilómetros al noroeste de Bagdad y donde nació el difunto dictador Sadam Husein, y localidades en la provincia de Kirkuk.

Comisarías y bases militares

Trabajadores de la OIM han indicado que en Mosul los combatientes se han apoderado de edificios públicos, comisarías de la policía y bases militares, así como del aeropuerto. Algunas comisarías han sido incendiadas y decenas de detenidos han sido liberados. “El Ejército ha abandonado sus armas, se ha cambiado de ropa y ha huido de la ciudad”, ha asegurado a la agencia France Presse Mahmud Nuri, vecino de Mosul. La OIM ha informado de que algunas mezquitas se han convertido en hospitales de campaña para atender a heridos en los combates de los dos últimos días entre los insurgentes y el Ejército iraquí.

En las poblaciones conquistadas --con la ayuda de grupos que no son islamistas, según algunos testigos--, diversos vecinos han dicho que yihadistas vestidos de negro o con uniformes militares se apostaron delante de los edificios públicos y los bancos.

Según Hasan Al Joburi, que vive en el sur de Mosul, la segunda ciudad del país, los islamistas recorren las calles en sus vehículos y han pedido por altavoz a los funcionarios que vuelvan a sus puestos.

Comercios cerrados

Según otros testigos, la ciudad estaba tranquila por la mañana, aunque la mayoría de comercios seguían cerrados. "No he abierto la puerta de la tienda desde el jueves pasado por problemas de seguridad, cuando empezaron los combates entre insurgentes y fuerzas de seguridad en varios barrios de Mosul", ha explicado Abu Ahmed, propietario de un comercio. Otros vecinos de Mosul han contado que cientos de familias seguían abandonando la ciudad.

Basam Mohamed, un estudiante de 25 años, ha indicado que no pensaba abandonar su casa en Mosul, a 350 kilómetros al norte de Bagdad y con una población de casi dos millones de habitantes. "Tengo miedo por las libertades y de que nos impongan nuevas leyes", ha señalado en referencia a la posibilidad de que los yihadistas e islamistas ordenen a la población obedecer ciertas reglas religiosas muy conservadoras y estrictas. “La situación es caótica dentro de la ciudad y nadie nos ayuda”, ha lamentado Umm Karam, una funcionaria.

Célula de crisis

Ante el avance de los rebeldes sunís, el Gobierno de Maliki ha creado una célula de crisis para supervisar el suministro de armas a voluntarios que quieran combatir a los insurgentes y ha anunciado la reorganización de las fuerzas de seguridad.

El ISIL, grupo yihadista que combate también en Siria, controla partes de la ciudad de Ramadi y casi toda la de Faluya, en la provincia de Anbar, desde el pasado diciembre. También ha tenido en sus manos durante meses una buena parte de la provincia de Nínive.

Los combates en diversas zonas del país han causado numerosos muertos. Solo en mayo, murieron 800 personas, entre ellas 603 civiles, según datos de la ONU. En el 2013 murieron en Iraq a causa de la violencia 8.860 personas.

Preocupación en la ONU

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha expresado hoy su “gran preocupación” por la grave situación en Irak. Por su parte, Washington ha calificado al ISIL, conocido por llevar a cabo ataques suicidas y secuestros, de "amenaza para la estabilidad" de la región.

El dirigente chií iraquí Moqtada Sadr ha pedido la creación de brigadas para defender lugares religiosos en Irak. "No puedo quedarme callado y con las manos cruzadas frente al peligro que acecha los lugares santos. Por eso estoy dispuesto a trabajar en coordinación con el Gobierno para formar brigadas de paz" que defiendan los lugares religiosos, ha afirmado Sadr en un comunicado.