Al menos 11 soldados estadounidenses murieron durante el fin de semana en Irak, en distintos enfrentamientos con fuerzas iraquís, que se extendieron a la frontera con Siria. Allí se libró el sábado, durante 14 horas, una feroz batalla que acabó con la muerte de cinco marines y de entre 25 y 30 iraquís.

La batalla comenzó el sábado, cuando un grupo de insurgentes tendió una emboscada a un convoy en el que viajaban los marines. En los enfrentamientos que siguieron al ataque participaron más de un centenar de insurgentes, que dispararon más de 24 morteros.

El Ejército estadounidense tardó varias horas en informar de los combates junto a la frontera siria, que se sumaron a una serie de enfrentamientos a lo largo y ancho del país, en lo que puede ya calificarse de guerra abierta. En Diwaniya se produjo el sábado una emboscada insurgente, en la que murieron tres soldados norteamericanos, y se registraron tres ataques rebeldes más: uno en la provincia de al Anbar, otro en Tikrit y el tercero en Bagdad, que se saldaron con la muerte de un militar de EEUU en cada uno.

En total, 104 soldados estadounidenses han muerto en combate en lo que va de abril, que se ha convertido en el mes más sangriento desde el inicio de la invasión de Irak. Esa cifra significa que en tres semanas ha muerto el 20% de los 503 fallecidos en combate desde el 20 de marzo del 2003.

CERCO A LOS OCUPANTES Soldados holandeses y británicos también se vieron envueltos en escaramuzas con los iraquís en las provincias de Samawa y Amara, respectivamente. Un británico fue herido.

La ciudad santa shíi de Nayaf, rodeada por 2.500 soldados que tienen órdenes de matar o capturar al clérigo radical Moktada al Sadr, sigue siendo un punto caliente. Sadr declaró una tregua de dos días, coincidiendo con la celebración, el martes, del aniversario de la muerte del profeta Mahoma, pero advirtió de que su milicia, el Ejército del Mehdi, está preparado para hacer frente a un ataque, que teme en "cualquier momento". Las fuerzas estadounidenses también mantienen el sitio sobre la ciudad de Faluya, el gran bastión suní de Irak.

Entretanto, la crisis de los rehenes está en punto muerto y las autoridades italianas buscan canales de comunicación para lograr la liberación de sus tres ciudadanos. Juan Pablo II instó a los captores iraquís a dar pruebas de "humanidad", mientras la asesora de Seguridad Nacional de EEUU, Condoleezza Rice, rechazó toda negociación.

En el Ayuntamiento de Bagdad, el consejo municipal eligió ayer un shií, Alaa al Tamini, como alcalde, cargo en el que deberá ser confirmado por el administrador estadounidense, Paul Bremer.