Los portugueses van a votar en febrero del 2005, dos años antes de lo previsto. Así lo ha decidido esta semana su presidente, Jorge Sampaio, tras llegar a la conclusión de que "existe una falta de confianza de la mayoría de la población y de los agentes económicos y sociales", que pone en tela de juicio la capacidad del Gobierno de centroderecha para garantizar la "estabilidad política del país".

Esta fue la condición que puso el presidente en junio, cuando José Manuel Durao Barroso salió del Ejecutivo para asumir la presidencia de la Unión Europea. Entonces, Sampaio optó por la continuidad de la coalición de derechas (PSD/CDS-PP), que contaba con mayoría parlamentaria, pero advirtió al líder del conservador Partido Socialdemócrata (PSD), Pedro Santana Lopes, de que estaría atento a su política y, al menor desvío, no dudaría en disolver el Parlamento y convocar elecciones legislativas.

Cuatro meses ha durado la confianza del presidente luso. Al parecer, la gota que ha colmado el vaso de la mala gestión del Gobierno la ha protagonizado uno de los ministros más santanistas, Henrique Chaves. Tres días después de ser apartado del cargo de ministro adjunto para hacerse con la cartera de Deporte, Juventud y Rehabilitación, Chaves salió del Gobierno dando un portazo.

Cuando dimitió, emitió un comunicado en el que criticó duramente a Santana Lopes. Entre otras cosas, lo acusó de haber faltado a la "verdad" y a la "lealtad", y quiso dejar claro que nunca tuvo las condiciones necesarias para cumplir su tarea como ministro adjunto.

Sin opción

Dos días después de la dimisión, Sampaio llamó a su despacho al primer ministro para encontrar una solución a la crisis. Santana Lopes quiso presentar el nombre que tenía preparado para sustituir al ministro Chaves, pero el presidente no le dio tiempo. En los 40 minutos que duró la reunión, Sampaio dijo que, "analizada la situación política actual", sólo veía salida a la crisis gubernamental con la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones legislativas.

Santana Lopes aceptó la decisión con "respeto" y "calma", pero dijo que estaba en "total desacuerdo". Esta es la opinión mayoritaria en las filas del PSD. Los conservadores no comprenden por qué se disuelve el Parlamento cuando "hay dos partidos mayoritarios que quieren continuar trabajando". El Partido Popular, compañero de coalición, ha preferido guardar silencio. Lo único que hasta ahora ha avanzado su presidente, Paulo Portas, es que van a preparar la campaña electoral "por separado".

La oposición ha recibido la noticia de manera muy diferente. José Sócrates, secretario general de los socialistas, ha afirmado que la decisión de Sampaio sólo demuestra que "Santana no estaba a la altura del cargo de primer ministro, ya que no ha sabido resolver los problemas de los portugueses". Quizá tiene razón, puesto que los sondeos dan nueve puntos de ventaja a los socialistas, por encima del PSD.

De la misma opinión son los otros partidos de la oposición. Jerónimo de Sousa, nombrado recientemente secretario general del Partido Comunista, ha dicho que las elecciones anticipadas "abren un horizonte de esperanza en la vida nacional". Por su parte, el Bloque de Izquierda se ha congratulado de la decisión de Jorge Sampaio, pero considera que llega "cuatro meses tarde".

En los próximos días, Sampaio se reunirá con el Consejo de Estado, y sólo después se hará oficial la disolución del Parlamento.