Japón asume este martes la primera subida del impuesto sobre el consumo en 17 años. A partir de este martes, analistas e inversores estarán muy pendientes del frenazo que previsiblemente experimentará el consumo en Japón --un componente económico vital que supone el 60% de su producto interior bruto (PIB) nacional-- en las próximas semanas debido al incremento del gravamen, que ha pasado del 5% al 8%.

La medida busca costear la carga que supone la seguridad social para un país con una población muy envejecida, sin tener que recurrir a la emisión de deuda.

Incremento del consumo

El frenesí consumista que han escenificado durante las últimas semanas muchos japoneses hasta la ultima hora del 31 de marzo, para evitar abonar a toda costa este incremento, ha sido muy elevado en el país nipón.

Pese a que la diferencia sea solamente del 3%, Japón ha vivido únicamente tres subidas del IVA en toda su historia y sigue siendo un país muy sensible a la hora de aplicar cualquier alza en este terreno. Se calcula que la subida de impuestos producirá un aumento de ingresos de 35.000 millones de euros en este ejercicio y más de 56.000 millones de euros a partir del 2015.

Sin embargo, los economistas más optimistas creen que el parón no será especialmente agresivo gracias al paquete de estímulo de más de 38.000 millones de euros (5,5 billones de yenes) aprobado para acolchar el impacto de la subida y a los incrementos salariales, que han autorizado muchas empresas japonesas por primera vez en más de un lustro.

A día de hoy, la subida del impuesto sobre el consumo se sigue castigando con dureza en las urnas y es aún un concepto emocionalmente ligado a la pesadumbre económica.