Manuel G. M., de 67 años, asesinó ayer de dos disparos de escopeta a su esposa, Carmen C. U., de 59, en Santa Cruz de La Palma (Canarias), y posteriormente se suicidó tras activar en plena calle el cinturón de explosivos que se había colocado en la cintura. El agresor también intentó asesinar al único hijo que convivía con la pareja, aquejado de esquizofrenia, pero éste forcejeó con su padre y logró arrebarle el arma y huir. El joven estaba anoche ingresado en un hospital de la isla.

CONMOCION El trágico suceso, que ha causado una enorme conmoción en la pequeña y verde isla canaria, se produjo en torno a las dos de la madrugada de ayer, cuando el hombre, nacido en el municipio palmero de Mazo, asestó dos disparos a su esposa, natural de Lanzarote, en el domicilio que ambos compartían en la capital palmera. El matrimonio tenía siete hijos y la policía no contaba en sus archivos con denuncia alguna por malos tratos. Tras asesinar a su esposa, el agresor acudió a una plaza y activó los explosivos que llevaba en un cinturón. La fuerza de la deflagración fue tal que los miembros de la Policía Local y Nacional, de la Guardia Civil y del cuerpo de bomberos estuvieron cuatro horas recogiendo restos de su cuerpo, algunos a más de 100 metros. Los explosivos los había conseguido en su trabajo de excavación de galerías subterráneas para buscar agua y en la construcción de pozos sépticos.