El jefe del Ejército egipcio y ministro de Defensa, Abdelfatá al Sisi, formalizó el miércoles su abandono de la carrera militar para concurrir como civil, tal como exige la Constitución, a las elecciones presidenciales de las que nadie tiene ninguna duda que ganará.

Actual hombre fuerte del país, Al Sisi derrocó el pasado julio al presidente electo Mohamed Mursi, vinculado a los Hermanos Musulmanes, después de las masivas protestas contra su gestión.

Pese a que llegó al poder con un golpe de Estado, Al Sisi cuenta con un gran apoyo entre amplias capas de la población que consideran que es necesario un hombre fuerte para estabilizar un país que se encunetra sumido en una profunda crisis.

Vestido todavía con uniforme militar, Al Sisi ofreció un discurso televisado en el que dijo que su etapa en las Fuerzas Armadas ha terminado. "Hoy es mi último día en uniforme militar, pero continuaré luchando cada día por un Egipto libre de miedo y de terrorismo".

En su primera reacción al anuncio, los Hermanos Musulmanes consideraron que la candidatura de Al Sisi es "contraria a la legitimidad constitucional" y que con dicha iniciativa "ya no se necesitan más pruebas para demostrar la conspiración que hay contra la legitimidad constitucional".