En el salón Sol del Perú del palacio de Miraflores, Hugo Chávez recibió alegre y de buen humor a este diario. Vestía un elegante terno gris oscuro, que adornaba con una brillante corbata roja, el color de su revolución.

--¿Qué busca con el diálogo que ha ofrecido a los opositores?

--Es un llamado por el bien de todos los venezolanos y también por el bien de la oposición. El diálogo tendrá un papel central en esta nueva etapa que se inicia ahora. Queremos acercarnos, que discutamos, ya que tenemos responsabilidades conjuntas.

--¿No serán palabras que se las llevará el viento?

--No, lo hacemos porque no somos ciegos y reconocemos la existencia de un 40% que se expresó por la opción del . Ese es un porcentaje respetable, son varios millones de seres humanos, y a ellos les expreso nuestro respeto. Hay que saber ganar y saber perder, honor al vencido y gloria al vencedor.

--¿Cómo interpreta la negativa de la oposición a los datos entregados por el Consejo Electoral?

--No puede explicarse, y uno no sabe cómo es posible que a estas alturas ellos no acepten los resultados y comiencen una vez más a tratar de encaminar al país por el desconocimiento de las leyes. Este es un caso único en el mundo, donde unos dirigentes de oposición se niegan, se aferran tercamente y antidemocráticamente a aceptar los resultados claros, transparentes y cristalinos.

--¿Qué consecuencias tendrá esa actitud de la oposición?

--Estoy seguro de que van a fracasar, una vez más, en su intento de desconocer las instituciones y la voluntad de un pueblo. Es una dirigencia que ni siquiera está a la altura de esos cientos de miles de compatriotas que votaron por el que no han atendido el llamado de sectores irresponsables que los llaman a salir a las calles.

--¿Será posible la reconciliación?

--¿Será posible reunificar el mundo? Es la gran pregunta que más bien prefiero hacerme. Venezuela es parte de América Latina, el campeón de la desigualdad en el planeta, producto de la aplicación de modelos políticos excluyentes, modelos económicos excluyentes que echaron a la miseria y a una especie de submundo a la gran mayoría de los venezolanos. El proyecto bolivariano es un proyecto de reintegración que conduce a la reconciliación y al reencuentro de los venezolanos, por el camino de la participación popular y la inclusión social.

--¿Será posible que EEUU cambie de actitud, que usted considera beligerante, tras el referendo?

--Ojalá, pero creo que es difícil, cuando Estados Unidos está gobernado por un señor, Bush, quien aparentemente no tiene capacidad de rectificación. De todos modos, nosotros aspiramos a que el Gobierno de Washington rectifique. No tenemos muchas esperanzas acerca de un cambio, lamentablemente, pero después de esta contundente y cristalina demostración de victoria del pueblo venezolano y del Gobierno bolivariano, deberían cambiar de rumbo para mejorar las relaciones económicas y políticas con el Gobierno y la sociedad de EEUU.

--¿Qué opina de la declaración del Departamento de Estado de EEUU en la que afirma que no respaldará la violencia en Venezuela?

--Recibimos con agrado esta declaración. Ojalá que lo que dicen sea cierto. Pero tenemos razones para dudar, el mundo tiene muchas razones para dudar de lo que diga el Departamento de Estado.

--Sus partidarios afirman que EEUU pretende apoderarse de las reservas de petróleo del país. ¿Es el petróleo la cuestión central de la política venezolana?

--Es una de las cuestiones fundamentales, pero también el hecho de que en Venezuela se ha puesto en marcha una revolución, pacífica y democrática, que no le gusta para nada a la élite imperialista. Es eso que ellos llaman el mal ejemplo. En el fondo de esto subyace un asunto que ha sido determinante, la aspiración de Washington de dominar los yacimientos petrolíferos más grandes del mundo, y así lo vemos claramente en Irak.

--¿Cómo interpreta la reacción del mercado del petróleo tras el referendo?

--Me parece muy positiva la reacción. Este Gobierno garantiza la estabilidad y el cumplimiento de los compromisos económicos. No creo que el precio mundial del petróleo tenga que ver directamente con la situación de Venezuela. Todo lo contrario. Creo que la manera cómo hemos solucionado la crisis petrolera del 2002-2003 y cómo hemos garantizado el suministro de petróleo al mundo, más bien han ayudado a frenar la estampida de los precios. Pero si el Gobierno de Washington vuelve a arremeter contra Venezuela, tratando de desestabilizar nuestro país, el precio del petróleo subirá al punto de superar los 100 dólares.

--Su revolución forma parte de la realidad latinoamericana actual. ¿Hacia dónde va la región?

--Creo que el camino que Venezuela viene siguiendo, desde hace más de cinco años, es decir, el intento de transformar la vieja democracia de élite, corrompida, en una democracia verdaderamente dinámica y profunda, es el mismo camino que sigue América Latina.

--¿Qué importancia tiene en ese proyecto la experiencia histórica de unidad europea?

--Tiene una importancia extrema. Desde que soy presidente estoy diciendo a mis colegas que debemos mirar hacia Europa y que dejemos de mirar sólo a Norteamérica. Los europeos, con su proyecto de unidad, han dado una gran lección.

--Miembros de su Gobierno han dicho que grupos extremistas o la CIA tienen planes para asesinarlo. ¿Qué sería de la revolución bolivariana sin Hugo Chávez?

--Sin mí, la revolución continuaría, porque ninguna revolución que lo sea de verdad puede depender de un hombre, depende de un pueblo, de una voluntad colectiva. No tenemos miedo, yo no tengo miedo, a pesar de que hay conspiraciones permanentes, pero que no fructifican. La mayor fortaleza que tiene el proceso venezolano es la confianza de su pueblo que ha derrotado todos los planes de la CIA, incluida la presión internacional y la intervención directa, porque es un pueblo que ha recuperado la conciencia, que es la más grande de todas las fuerzas.