La Policía de Alemania ha informado este viernes de que las nueve víctimas mortales del atentado xenófobo llevado a cabo el miércoles por la noche en la localidad de Hanau, en el oeste del país, han sido identificadas.

Tal y como ha señalado la Policía del estado de Hesse, tres eran alemanes, dos turcos, uno búlgaro y otro rumano. Además, otro de los fallecidos tenía procedencia bosnia y otro tenía la doble nacionalidad afgana-alemana.

Entre los heridos se encuentran dos ciudadanos alemanes, dos turcos y otra persona que contaba con la nacionalidad alemana además de la afgana.

El autor del atentado, que actuó convencido de la existencia de "sociedades secretas" empeñadas en "dominar el mundo" y consideraba a los extranjeros una "fuerte amenaza", mató además a su madre, una mujer de 72 años, antes de quitarse la vida.

PROTECCIÓN POLICIAL

El atentado del miércoles ha provocado un aumento de la presencia policial en las inmediaciones de mezquitas, estaciones de tren, aeropuertos y fronteras, tal y como ha explicado el ministro del Interior, Horst Seehofer. Así, ha aseverado que las medidas, que incrementarán también la vigilancia en gran parte del país, no llevarán a un recrudecimiento de las leyes.

"El peligro de la extrema derecha, el racismo y el antisemitismo es muy grande en Alemania", ha alertado Seehofer, que ha destacado que "se trata del tercer ataque ultraderechista en meses".

El ministro ha aprovechado la ocasión para subrayar las medidas puestas en marcha recientemente por las autoridades el país, que han llevado a cabo diversos registros en viviendas de extremistas, donde se han incautado de "explosivos y granadas, además de armas semiautomáticas". "La motivación racista de este crimen es, desde mi punto de vista, incontestable, y no puede ser relativizada bajo ningún pretexto", ha aseverado.

SIN CÓMPLICES

Este mismo viernes, el fiscal federal Peter Frank ha confirmado que su oficina recibió una alegación procedente del individuo --identificado como Tobias R.-- en la que aseguraba que conocía "una organización secreta de Inteligencia que se estaba infiltrando en los cerebros de la gente para apropiarse de ciertas cosas y controlar los asuntos del mundo".

Por el momento han sido interrogados más de 40 testigos para aclarar el transcurso de los hechos. La Policía ha descartado que el autor del atentado contara con cómplices.