Un voraz incendió destruyó ayer un popular centro comercial de Asunción, capital de Paraguay, a una hora de gran afluencia de clientes. El número provisional de muertos oscilaba anoche entre 141 y 237 según las fuentes, y la cifra de heridos superaba los 300. El incendio se registró hacia el mediodía y se originó en la cocina del área de restaurantes del hipermercado del centro comercial Ikuá Bolaños.
En el momento de la tragedia entre 400 y 700 personas se encontraban en el interior del recinto. "De momento hemos contado 119 muertos, pero la cifra será mucho más alta porque no paran de sacar cuerpos del recinto", declaró un portavoz del cuerpo de bomberos.
El incendio fue provocado por la explosión de una bombona de gas en la cocina de uno de los restaurantes del centro, según informaron a la televisión local varias personas que se encontraban cerca del lugar del desastre, pero un responsable de los bomberos afirmó a su vez que se escucharon varias explosiones y que el fuego se propagó rápidamente por todo el edificio de manera inexplicable. El centro comercial Ikuá Bolaños pertenece a una gran cadena y comprende varios restaurantes de comida rápida, además de algunos comercios pequeños y un gran supermercado.
Varios testigos de la tragedia denunciaron la actitud homicida de los responsables del negocio quienes con la ayuda de los guardias de seguridad cerraron las puertas del centro para evitar que los clientes se fueran sin pagar o robaran. Una de las testigos, Rosa Resquín, entrevistada en la televisión, afirmó que cuando los policías y los bomberos llegaron abrieron las puertas pero ya era demasiado tarde. El responsable del centro, Juan Pío Paiva, pasó a disposición policial para ser interrogado por orden judicial, aunque negó haber impedido a los clientes salir del recinto.
MOVILIZACION GENERAL El presidente paraguayo, Nicanor Duarte, se personó en el centro comercial cuando los servicios de socorro evacuaban a los heridos. Todos los servicios de socorro de Asunción y sus alrededores --policías, bomberos, militares y servicios médicos de emergencia-- fueron movilizados. "Es un momento doloroso en extremo --afirmó Duarte--. Hemos venido para dar apoyo a la gente, y también a sus familias y a los bomberos y policías que trabajan para reducir las consecuencias de esta desgracia".
Según el portavoz presidencial, los servicios de socorro temen el hundimiento del edificio, de 30 metros de altura, situado en una céntrica avenida de la capital.
El Gobierno argentino, siguiendo la iniciativa de su provincia de Formosa, fronteriza con Paraguay, envió un avión del Ejército del Aire con personal sanitario y medicinas para asistir en las operaciones de socorro. "Debemos ayudar de manera urgente a nuestros vecinos. La solidaridad no tiene fronteras", declaró el ministro Aníbal Gómez. Las autoridades de Formosa pusieron a disposición de las paraguayas el hospital de Clorinda, situado a 40 kilómetros de Asunción, al otro lado del río Paraguay.
