El tercer y último debate televisado entre George Bush y John Kerry es también el epítome de esa gran indecisión que parece recorrer este duelo electoral. Muchos europeos consideramos con angustia que el demócrata pueda perder su escasa ventaja, pero, para los norteamericanos de lo que se trata es de que quede bien clara la diferencia entre ganador y perdedor. Allí incomoda que vuelva a producirse un empate como el del 2000, que sólo lleva a cuestionar la validez del sistema democrático estadounidense y sitúa al mismo nivel de incompetencia a ambos candidatos.*Profesor de Historia.