La dirección de la formación está a la espera de que se publiquen los primeros resultados oficiales, a partir de las once de la noche, con "optimismo y tranquilidad", según fuentes populares.

La NVA tiene la clave del Gobierno flamenco, según los primeros datos provisionales del escrutinio, pero no tiene necesariamente la llave del Gobierno federal. Por ello, Bélgica podría verse abocada a otra larga crisis política antes lograr formar un nuevo Gobierno de coalición.

Las elecciones han mostrado además que a la tradicional fractura regional belga entre la mayoría flamenca y la minoría francófona se superpone también una clara división entre la derecha vencedora en Flandes y los socialistas ganadores en la comunidad francófona.

La NVA, con un 33% de los votos en Flandes y un incremento del 19% respecto a las anteriores elecciones, logró convertirse en un partido ineludible a nivel regional. La NVA se consolidó también como primer partido de Bélgica, con un porcentaje de votos del 25% y un aumento del 7% respecto al 2010.

Sin embargo, De Wever no logró su objetivo de que la NVA alcanzara el listón del 30% de los votos a nivel federal, que le hubiera garantizado que los demás partidos tradicionales flamencos y francófonos no pudieran aliarse para marginarle del Gobierno belga, como ya ocurrió tras las elecciones del 2010.

Los democristianos (CDV) flamencos, pese a su retroceso, lograron retener el 20% de los votos, y no se hundieron bajo la avalancha de los independentistas de la NVA de orientación económica liberal. Los democristianos flamencos, que hasta ahora habían dominado el Gobierno de Flandes, se mostraron de inmediato dispuestos a negociar con la NVA para formar el nuevo Gobierno regional.

De Wever también indicó que tiene como primer objetivo formar un «Gobierno flamenco fuerte» y «lógico» con los democristianos. A nivel federal, De Wever señaló que su partido no desea una nueva «larga crisis política» y que va a «tomar la iniciativa para ver que es posible». Durante la campaña electoral, De Wever había insistido en defender un Gobierno federal con la NVA, los democristianos y los liberales sin los socialistas, pero la victoria socialista entre los francófonos hace eso inviable.

La alianza de la NVA con los democristianos en Flandes podría ser la llave para que De Wever pudiera asegurarse también una participación dela NVA en el Gobierno federal y evitar que los otros partidos vuelvan a maniobrar para marginales.

Di Rupo, revalida

El Partido Socialista (PS), del actual primer ministro Elio Di Rupo, se mantuvo como la primera fuerza política a nivel francófono, con alrededor del 29% de los votos. La victoria socialista en la zona francófona de Bélgica, sumado a los disputados de los socialistas flamencos (SP), mantiene también a la familia socialista como la primera fuerza política del país en el Parlamento federal.

Los liberales francófonos (MR), pese a su avance, volvieron a fracasar en su objetivo de desbancar a los socialistas como primera fuerza francófona, pese a la dureza de los ataques lanzados contra el PS.

Este panorama político complicará las negociaciones para formar el Gobierno federal, ya que existe un especial antagonismo entre los líderes de los dos partidos vencedores en cada zona lingüística: De Wever y Di Rupo. El líder socialista llegó a afirmar durante la campaña que si se nombrara a De Wever primer ministro sería «como confiar la custodia de un gallinero a a un zorro».