La historia de Aylan Kurdi, el niño kurdo de tres años que apareció ahogado en una playa de Turquía, por desgracia se repite. Al menos tres bebés murieron el viernes en el naufragio de un bote neumático que trataba a de llegar a Europa desde las playas de Libia, y las imágenes de los miembros de seguridad libios transportando los cuerpos de los pequeños han causado indignación en las redes.

"En el bote navegan unas 120 personas. La mayoría de nacionalidad subsahariana, pero también marroquíes y yemeníes. Hasta el momento se han recuperado los cadáveres de tres bebés", detalló una fuente.

El personal libio rescató a 16 personas, siendo todas ellas "hombres jóvenes" que fueron trasladados a un centro de detención en la zona de Al Hamdiya, a unos 25 kilómetros al este de Trípoli, donde son tratados de diversas heridas, explicó la misma fuente.

Sin embargo, según los testigos, además de los bebés citados, en la embarcación precaria navegaban dos bebés más y tres niños menores de 12 años, aparte de una docena de mujeres, señaló la fuente, que citó el relato de los rescatados.

El naufragio se produjo a unas 25 millas náuticas de la ciudad de Qarabuli, lugar de partida de la embarcación, al parecer a causa de un incendio que se desató después de que produjera un fallo en el motor.

Las playas que se extienden entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido los últimos dos años en el principal bastión de las mafias que trafican con seres humanos, pese a la presencia de patrulleras europeas.

Justo ayer, Unicef llamava a los estados de la UE a "actuar juntos" para salvar la vida de los más pequeños.