El viernes por la mañana, cuando la toma masiva de rehenes en la escuela de Beslán entraba en su tercer día, las autoridades de Osetia del Norte anunciaron un acuerdo con los secuestradores para retirar los cadáveres de los muertos en los tiroteos del primer día. Parecía una tregua, pero se desató el infierno. A partir de ese momento, nadie ha explicado todavía qué ocurrió.

Mientras se retiraban los cadáveres, se oyeron dos explosiones. El origen de estas detonaciones se desconoce. Algunos rehenes afirman que de la pared del gimnasio se desprendió una de las granadas que los terroristas habían pegado con cinta adhesiva. Otros testigos sostienen que fueron los secuestradores los que hicieron estallar varias cargas explosivas, desatando el pánico entre la multitud. Inmediatamente después, los policías osetios apostados fuera del recinto abrieron fuego. Se desató un fuerte tiroteo con armas automáticas.

En medio del tiroteo, niños semidesnudos, deshidratados después de 48 horas de cautiverio, y adultos comienzan a escapar. Los terroristas les disparan por la espalda desde el tejado, y desde fuera les responden las ráfagas de las policías de Osetia. Los rehenes quedan atrapados entre el fuego cruzado. Los recuerdos de los pequeños sobre la salida del colegio, son muy confusos: "Hubo varias explosiones, muchos tiros. No sé cómo de repente me encontré en la calle", comenta uno de ellos.

El tiroteo ininterrumpido dura 45 minutos. Todas las fuentes coinciden en que durante casi media hora fueron los policías locales los que combatieron a los terroristas, hasta que entraron en acción los destacamentos de asalto rusos. El jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) en Osetia del Norte, Valeri Andreyev, confirma estas afirmaciones al señalar: "El fuego de agentes locales impidió, en cierta etapa, la actuación eficaz de las tropas de asalto".

La batalla se desarrolla en medio de un caos total mientras, en la calle, los rehenes que han logrado escapar reciben en el más completo desorden los primeros auxilios.

Aprovechando la confusión, miembros del comando terrorista tratan de huir del colegio mezclados entre los rehenes. Un grupo de secuestradores se abre camino, barriendo las calles con ráfagas y explosiones de granadas. Se inicia en Beslán la caza del terrorista. Contra ellos se utilizaron helicópteros y carros de combate. Según algunos testigos, una de las terroristas disfrazada de enfermera activa en un café una bomba que llevaba encima.

Las fuerzas de seguridad rusas aseguran que el comando se divide en tres grupos. Uno permanece en la escuela. Otro es reducido en un edificio próximo y un tercero logra huir en medio de la gran confusión. Según algunas fuentes, este grupo se llevó a un número indeterminado de rehenes como escudos.

Casi una hora después de las primeras explosiones, soldados del Ejército ruso y miembros de las fuerzas especiales irrumpen en el recinto escolar. Siguen saliendo niños del centro. Media hora después de haber entrado en el colegio, a las 14.32, las fuerzas especiales aseguran haber tomado completamente el control del edificio. Pero la batalla está lejos de acabar. Columnas negras de humo envuelven el recinto y se anuncia que siguen buscando a 13 miembros del comando terrorista.

Empiezan a conocerse también las dimensiones de la tragedia, al trascender el hallazgo de más de un centenar de cadáveres.

El FSB asegura que al asalto no fue planificado, sino que fue una intervención forzada por la huida del primer grupo de rehenes. El jefe del FSB en Osetia del Norte afirma que 10 ciudadanos de "países árabes" (uno, negro) se encuentran entre los 20 terroristas muertos.

Pasadas las 8 de la noche, se vuelve a escuchar otra explosión en el recinto de la escuela. Se confirma que tres terroristas, entre ellos el jefe del comando, resiste en el sótano de la escuela con un grupo de rehenes. Las autoridades rusas informan más tarde de que casi todos los miembros del comando han sido "liquidados" y "algunos arrestados". No se sabe qué ha pasado con los rehenes.

La operación de las fuerzas rusas se da por finalizada poco después de las 10.30 de la noche. Pero poco después, se informa de que se sigue buscando a cuatro terroristas.

Pasada la medianoche, el Ministerio de Seguridad de Osetia del Norte da la cifra de 200 muertos. Ayer sábado, ya eran 330.

El presidente ruso, Vladimir Putin, tarda más de 24 horas en dirigirse al país. Lo hace el sábado por la tarde, para prometer medidas que reforzarán "la unidad" y "la seguridad" de la nación. En la escuela de Beslán, entretanto, se siguen recuperando cadáveres.