Sin que haya terminado aún la guerra de Irak --convertida en conflicto asimétrico--, el Gobierno interino-títere abre otra guerra --ésta, sucia--, para acabar con el terrorismo a base de infiltrarlo y dinamitarlo desde dentro. Hasta ahora, es a la inversa y la insurgencia burla todas las medidas de seguridad para asesinar a altos cargos. Así que la nueva DGS iraquí tendrá muy difícil extirpar un cáncer que nació con la invasión y crece en el caldo de cultivo de la ocupación militar.

*Periodista.