El primer ministro iraquí, Iyad Alaui, anunció ayer que la semana próxima empezarán los juicios contra los antiguos dirigentes del régimen de Sadam Husein capturados después de la invasión de Irak. Alaui no reveló los nombres de los primeros que se sentarán ante el tribunal que les juzgará por crímenes contra la humanidad, pero aprovechó el anuncio para informar del hallazgo de una nueva fosa común en los alrededores de la ciudad de Sulaimaniya, situada a 330 kilómetros al noreste de Bagdad. Se cree que allí yacen los cuerpos de unas 500 personas que fueron asesinadas durante el mandato del dictador.

El Gobierno interino iraquí parece tener prisa por sentar en el banquillo de los acusados a los capitostes del partido Baaz. Aunque Alaui ya había manifestado en ocasiones anteriores que los juicios empezarían antes de acabar el año, algunas fuentes aseguraban ayer que el anuncio del primer ministro cogió por sorpresa a la Embajada de Estados Unidos en Bagdad y al propio ministro de Justicia iraquí.

EL DICTADOR, EL AÑO QUE VIENE No es probable que Sadam esté entre los primeros en ser juzgados. Además, el ministro de Derechos Humanos, Bejtiar Amín, aseguró el lunes que el proceso al dictador se celebrará el primer trimestre del año próximo.

Los abogados de los detenidos aseguraron que sus clientes consideran ilegal el tribunal especial que los debe juzgar mientras el país se encuentre sometido a la ocupación de una fuerza extranjera.

La violencia, entretanto, volvió a sacudir ayer Bagdad. Un suicida hizo estallar su coche bomba junto a un centro de reclutamiento situado muy cerca de la Zona Verde, donde el lunes se cometió otro atentado similar. La explosión de ayer causó heridas a 12 guardias nacionales, aunque otras fuentes aseguraron que murieron 7 personas.

En Mosul se han hallado 14 cadáveres de iraquís con un orificio de bala en la cabeza, entre el lunes y ayer. Iban vestidos de civiles y algunos trabajaban como policías.

Por otro lado, un oficial de los marines dijo ayer que el Ejército de EEUU pagará 500 dólares a cada una de las familias de refugiados que regresen a la devastada ciudad de Faluya. "Será a título de pago de consolación, para decirles: ´sentimos lo que ha ocurrido en vuestra ciudad´", declaró el militar.