Las tensas relaciones entre Irán y el Reino Unido sufrieron ayer un nuevo contratiempo con la captura de tres patrulleras de la Royal Navy en la frontera con Irak. Las autoridades iranís requisaron las lanchas y detuvieron a sus ocho tripulantes, a los que acusaron de entrar sin permiso en aguas de la República Islámica.

El incidente tuvo lugar en el amplio delta de Sat al Arab, donde confluyen los ríos Tigris y Eufrates. Los británicos, desplegados en el sur de Irak, vigilan esta zona para prevenir el contrabando de petróleo y armas, además de entrenar a miembros de la policía iraquí. Las autoridades britá- nicas explicaron que su personal iba de Um Qasar a Basora para entregar un barco, y trataron de restar importancia al incidente.

PROGRAMA NUCLEAR El episodio ha tenido lugar una semana después de que el Reino Unido se sumara a otros países europeos para condenar a Irán por la falta de cooperación con los inspectores de la ONU interesados en su programa nuclear. Londres también ha criticado la situación de los derechos humanos en el país. Irán, por su parte, ha condenado la intervención de estadounidenses y británicos en Irak.