Los terroristas chechenos de la Brigada Islambuli --grupo islamista que se atribuyó en agosto los atentados del metro y contra dos aviones-- afirmaron a través de internet que el presidente ruso, Vladimir Putin, es su próximo objetivo, según informó ayer el diario electrónico Mosnews.com. En el mismo comunicado, el grupo terrorista llamó a sus células en Rusia a llevar a cabo "una guerra violenta frente a los infieles en Rusia".

Pero no sólo del lado checheno vinieron las amenazas. El jefe del Estado Mayor ruso, el general Yuri Baluyevski, que lanzó esta semana la idea de los ataques preventivos contra el terrorismo, siguió ayer ahondando en esta línea, al subrayar que Rusia tiene "información precisa" de donde se encuentran "las bases terroristas" dentro de los países fronterizos. Baluyevski no dio más precisiones, pero para algunos analistas se trata de un mensaje dirigido a Georgia, país al que Moscú acusa de dar refugio a rebeldes.

GESTO DEL PRESIDENTE En un intento de congraciarse con una opinión pública cada día más escéptica por los puntos oscuros que rodean la tragedia de Beslán, el presidente Vladimir Putin dio su consentimiento ayer a que el Consejo de la Federación (Senado) cree una comisión de investigación, según informó la agencia Ria Novosti. El anuncio oficial se hará el día 29, en una sesión extraordinaria en la Cámara alta. Respecto a la autoría del secuestro, el diario Vremia Novostei informaba ayer, citando a fuentes de la investigación, que ha sido identificado el jefe del comando Ruslan Jutchbarov, alias El coronel , que logró huir.