El secuestro y el asesinato de rehenes se ha convertido en los últimos días en la principal arma de los insurgentes iraquís contra la presencia militar extranjera, las empresas que trabajan en la reconstrucción del país y el Gobierno de Bagdad. La multiplicación de rehenes se materializó ayer con el secuestro de 15 miembros de la Guardia Nacional iraquí y tres libaneses, mientras un grupo anunció la ejecución de tres kurdos iraquís. A punto de cumplirse el ultimátum sobre los dos norteamericanos y el británico, el secuestro de las italianas Simona Pari y Simona Torretta parecía complicarse al conocerse que las habrían vendido al grupo liderado por el jordano Abú Musab al Zarqaui, líder de Al Qaeda en Irak.

La cadena qatarí Al Jazira mostró ayer un vídeo en el que hombres armados exigían la liberación de un clérigo shií vinculado a Moktada al Sadr y amenazaban con ejecutar a sus rehenes, todos ellos miembros de la Guardia Nacional iraquí. Representantes de Sadr negaron vinculación alguna con el secuestro.

TRES LIBANESES RETENIDOS El número de extranjeros secuestrados en Irak se incrementó después de que el Gobierno de Beirut confirmara que tres libaneses, empleados de una agencia de viajes, fueron secuestrados en la carretera de Bagdad a Faluya. La policía dijo que 12 camioneros turcos han sido asesinados o secuestrados desde el sábado. El grupo Ansar al Sunna aseguró haber decapitado a tres miembros del Partido Democrático del Kurdistán.

El diario La Repubblica , que citó como fuente a los servicios de espionaje norteamericanos, dijo que la captura de las dos cooperantes italianas la habían realizado delincuentes comunes que las vendieron al grupo de Zarqaui. La información fue confirmada por el viceministro iraquí de Exteriores, Hamid al Bayati.

El diplomático iraquí dijo que las dos jóvenes, secuestradas el 7 de septiembre en Bagdad, estarían en Faluya en manos de los hombres de Zarqaui, el grupo armado que secuestró a dos ingenieros norteamericanos y a uno británico. Algunos de los extranjeros han sido puestos en libertad después de que sus empresas pagaran un rescate. El Gobierno iraquí asegura que antiguos agentes del servicio secreto de Sadam Husein colaboran con estos grupos armados.

Mientras, en Samarra (Bagdad), un coche bomba causó tres muertos. En Faluya, cuatro personas murieron y otras seis fueron heridas en dos bombardeos.