Un niño de 12 años y uno de los líderes del brazo armado de la Yihad Islámica es el mortal cómputo de víctimas del bombardeo que efectuó ayer Israel en la franja de Gaza, y en el cual 10 personas más resultaron heridas. Un misil contra un coche en plena ciudad de Gaza fue de nuevo el indiscriminado método elegido por el Ejército israelí para acabar con la vida de un miembro de la resistencia palestina.

Aziz Mahmud al Shami viajaba en un turismo cuando, según testigos, dos helicópteros Apache sobrevolaron la ciudad y dispararon contra el vehículo. Al Shami era primo del líder máximo de la Yihad Islámica, Abdalá al Shami, y ejercía como guardaespaldas suyo y jefe del brazo armado de la organización islamista en la ciudad de Gaza.

Tarek Susi, el niño de 12 años que murió en el bombardeo, pasaba junto al coche camino de la escuela en el momento del ataque.

ACUSACIONES Según fuentes militares israelís, Aziz Mahmud al Shami tenía intención de lanzar un ataque contra el asentamiento de Netzarim, en el centro de la franja, y era responsable de la muerte de varios soldados en Gaza. Además, las autoridades israelís le acusaban de estar implicado en un atentado suicida en Netania en 1995 en el que murieron 21 personas, 20 de ellas soldados.

El bombardeo, el primero que Israel efectúa en la franja desde el 30 de diciembre del pasado año, provocó la ira de Abdalá al Shami, quien anunció una pronta y contundente respuesta de su grupo.

El primer ministro palestino, Ahmed Qurei, calificó el ataque de "cobarde agresión que intenta empeorar la situación". El asesinato se produce cuando grupos israelís y palestinos tratan de negociar una entrevista entre Qurei y su homólogo israelí, Ariel Sharon, y en mitad del terremoto que supuso el anuncio de Sharon a principios de semana de que piensa desmantelar los asentamientos en la franja de Gaza.

Mientras, en el barrio de Jerusalén este de Abu Dis, unas 2.000 personas se manifestaron ayer contra la construcción del muro en la zona, en la mayor protesta contra la barrera celebrada en la ciudad.

Unos 600 israelís, respondiendo a la convocatoria de grupos pacifistas, acompañaron a los palestinos siguiendo el recorrido de la mole de cemento de ocho metros desde la universidad Al Quds hasta una plaza dividida por el muro.