El Ejército israelí reabrió ayer el paso fronterizo entre Egipto y la franja de Gaza en Rafá, lo que permitió a 1.500 palestinos que se encontraban atrapados allí desde hace tres semanas llegar a sus casas. Israel, que cerró la frontera alegando que había una amenaza para la seguridad, cede así a las presiones de EEUU para contentar a Egipto, que veía con preocupación la situación creada en su lado de la frontera.

Y es que El Cairo ya había calificado la situación de "crisis". En pleno verano, cuando el tráfico de gente por la frontera es más alto y las temperaturas en esa zona desértica, más elevadas, Israel cerró la frontera el 19 de julio con el argumento de que los activistas palestinos pretendían atacar la terminal israelí excavando un túnel. Como resultado, unas 1.500 personas se quedaron atrapadas del lado egipcio sin ningún lugar al que ir, forzadas a vivir en condiciones sanitarias muy precarias, agravadas por el calor y la escasez de comida y agua.

SITUACION DRAMATICA La situación de los atrapados en la zona de Rafá llegó a ser tan dramática que EEUU expresó públicamente su preocupación. De hecho, la decisión de reabrir el paso fronterizo entra dentro de una serie de decisiones tomadas bajo la presión estadounidense con el objetivo de "rebajar las tensiones locales y regionales en los territorios". En el marco de estas medidas se halla también la retirada israelí del norte de Gaza y la decisión de permitir a la policía palestina llevar armas en Cisjordania.