El Partido Laborista está listo para ganar las próximas elecciones generales y reconstruir Gran Bretaña, según Jeremy Corbyn, su líder. Corbyn se propone, cambiar la política británica, rescatándola de, la élite, para devolvérsela a las comunidades, llevando a cabo un programa radical con verdaderos beneficios para la mayoría y no para unos pocos.

El veterano y combativo líder, que permaneció arrinconado en el escaño de la permanente protesta durante tres décadas, prepara el ataque a Downing Street, entre los inciertos rumbos del brexit. Un sondeo publicado este domingo daba a su partido cinco puntos de ventaja por delante de los conservadores. Hace apenas cuatro años sus aspiraciones hubieran sonado a disparate sin sentido. Ahora, la posibilidad de un laborismo radical de izquierdas al frente del país, es perfectamente creíble.

LOS JÓVENES RADICALES DE MOMENTUM

Desde que Corby fue elegido líder, casi por accidente, en el 2015, el laborismo ha cambiado de manera irreconocible. Con más de medio millón de miembros, se ha convertido en la formación política más grande de Europa Occidental. La vieja guardia marxista, marginada por el New Labour de Tony Blair, resucitó. Lo hizo gracias al empuje de una plataforma ciudadana, Momentum, que inundó el partido de jóvenes militantes. Gracias a la movilización en las redes sociales, el grupo se ha fijado como objetivo luchar contra las élites liberales y dar voz a los sectores marginados y empobrecidos de la ciudadanía.

Algunos han descrito a los activistas de Momentum como un grupo de idealistas en manos de trotskistas manipuladores. La prensa tradicional les ve con malos ojos, pero su mensaje ha calado entre la gente indignada con los eternos planes de austeridad y la desigualdad social cada vez mayor. Aupando a Corbyn han creado una red de organizaciones locales que han ido construyendo una maquinaria electoral poderosa. En los comicios generales del 2017 Momentum movilizó a miles de simpatizantes. Theresa May perdió la mayoría absoluta. Los laboristas lograron su mejor resultado en los últimos 16 años.

VIEJO LABORISMO, NUEVO COMIENZO

El giro del laborismo no se hizo en el caso británico con la irrupción de una nueva formación de la izquierda radical en la política británica, a diferencia de lo ocurrido en otros países, como la Francia Insumisa, o en Italia, Poder al Pueblo. Corbyn y Momentum dieron el golpe de timón desde dentro. Viejo laborismo, nuevo comienzo, decía uno de los eslóganes del cambio. Los diputados centristas en el grupo parlamentario laborista, muchos de ellos hijos políticos de la era Blair, trataron de derrocar a Corbyn con una moción, un año después de su nombramiento. Perdieron y se convirtieron en el enemigo a eliminar. Antes de que les echen, algunos se han marchado.

Siete de ellos han tirado la toalla y han creado en la Cámara de los Comunes un grupo independiente, que, con otros dos diputados conservadores, aspira a ser el embrión de la recuperación del centro perdido en la política británica. Para evitar nuevas deserciones, el número dos del partido, Tom Watson, un moderado, ha propuesto un nuevo movimiento interno para los parlamentarios de tradición socialdemócrata.

PURGA

Los diputados levantiscos han sido amenazados con no ser seleccionados como candidatos en las próximas elecciones, para reemplazarlos por gente de la cuerda del líder. La línea oficial laborista ha elegido 96 candidatos para otras tantas circunscripciones electorales, en preparación de los comicios. Más de un tercio son pretendientes de Momentum y Unite, el sindicato próximo a Corbyn. Momentum está imponiendo su propia gente también en los órganos locales. Se le ha llegado a considerar un partido dentro del partido.

El brexit también ha corroído el laborismo y ha aumentado la fractura interna. La posición ambigua de Corbyn ha socavado su popularidad entre las bases jóvenes. Hay una rebelión patente contra él, por no haber apoyado un segundo referéndum. El 80% de los afiliados quiere permanecer en la Unión Europea y Momentum pide más y más espacio y poder.