El guía espiritual iraní, el ayatolá Ali Jamenei, proclamó ayer que es "pecado", según el islam, dimitir de los cargos públicos, en referencia a los 120 parlamentarios que han presentado su renuncia por el veto a los candidatos reformistas en las elecciones del próximo 20 de febrero.

El que ostenta un cargo público, dijo Jamenei, "no está autorizado a rehuir sus obligaciones por objeciones a un método o a un acontecimiento. Dejar de cumplir sus tareas en forma de dimisión es pecado".

El líder supremo de Irán también dejó claro que las elecciones se celebrarán el próximo día 20 y no sufrirán "ni un solo día de retraso", tomando así postura contra la opinión del Gobierno, que ha pedido posponer las elecciones para resolver el conflicto.

Jamenei se reunió con el presidente del Gobierno, Mohamed Jatami, para buscar una salida a la crisis, y el portavoz gubernamental, Abdulá Ramazansadeh, señaló que podría llegarse a una "solución aceptable" antes de la tarde del jueves.