Sin esperar al restablecimiento formal de la pena en muerte en Irak, un juez de la Kerbala pronunció ayer tres penas capitales en tres casos de delitos comunes. Paralelamente, dos centenares de mujeres shiís se manifestaron en Nayaf para reclamar la ejecución del derrocado Sadam Husein.

El juez Saleh Chibani informó de que las características sórdidas de los delitos --un asesinato colectivo contra varios miembros de una familia y un incesto seguido de muerte-- justificaban su decisión.