El Comité Nobel noruego volvió a sorprender ayer al otorgar el Premio Nobel de la Paz de este año a la ecologista keniana Wangari Maathai por los 30 años que lleva contribuyendo "al desarrollo sostenible, la democracia y la paz". De esta manera, el comité cambia su línea tradicional y premia la ecología y la defensa del medio ambiente. "La paz en la tierra depende de nuestra capacidad para asegurar el medio ambiente en que vivimos", explica el comunicado. Es la primera vez que una mujer africana consigue este galardón.

Maathai, diputada y viceministra de Medio Ambiente del Gobierno keniano, declaró ayer, a pie del monte Kenia, que agradecía "a Dios y a sus antepasados" el galardón. "Es un gran honor para mí y para mis compañeros ecologistas, que han sufrido conmigo durante tantos años", dijo.

CINTURON VERDE La lucha de Maathai empezó como un empeño por frenar la deforestación y la degradación ambiental en Kenia, pero acabó convirtiéndose en un grito a favor de la democracia y la libertad de expresión. En 1977, fundó el Movimiento Cinturón Verde, que promovió entre los agricultores --mayoritariamente mujeres-- la plantación de cinturones de árboles para frenar la erosión del suelo y garantizar tanto su subsistencia como la del medio ambiente. Como resultado de su lucha, estos proyectos han creado miles de de viveros gestionados por mujeres gracias a los cuales se han plantado más de 20 millones de árboles en Kenia.

"Nosotros plantamos la semilla de la paz para ahora y para el futuro", dijo ayer Maathai, y afirmó que el medio ambiente y la paz están muy unidos: "Cuando no hay suficientes recursos, combatimos entre nosotros para poder conseguirlos".

Sus actividades la convirtieron también en una figura central del movimiento democrático. En 1997, Maathi fue candidata a la presidencia de Kenia, pero su partido retiró la candidatura días antes de las elecciones. Un año después, su campaña contra la construcción de un rascacielos en un parque de la capital de Kenia desencadenó una revuelta que fue reprimida por el Gobierno y provocó su detención en varias ocasiones. Maathai logró su objetivo y se ganó la enemistad del entonces presidente, Daniel Arap Moi. En diciembre del 2002, fue elegida parlamentaria con el 98% de los votos.

VISITO BARCELONA EN 1996 Su compromiso se ha visto recompensado anteriormente con un sinfín de galardones, entre ellos, el de la Fundación Ecologista Goldman (1991) y el Petra Kelly, este mismo año.

Maathi visitó Barcelona en diciembre de 1996 para participar en el cuarto simposio Mujer, medio ambiente y desarrollo sostenible , organizado por Una sola terra. En ese viaje, la activista visitó los jardines de Petra Kelly, en Montjuïc, donde plantó el esqueje de un roble.