Aprovechando la debilidad del presidente estadounidense, George Bush, y las críticas vertidas a su gestión en la guerra de Irak, su rival demócrata en los comicios presidenciales del próximo noviembre, el senador por Massachusetts John Kerry, presentó ayer sus planes para sacar a EEUU del atolladero iraquí. En un artículo publicado por el diario The Washington Post , el senador Kerry propuso solicitar a la ONU que pilote la transición política en el país árabe y encargar a la OTAN que se ocupe de la seguridad, aunque siempre bajo mando militar estadounidense.

"La ONU, y no Estados Unidos, debería ser la encargada de debatir con los líderes iraquís cómo celebrar elecciones, restaurar los servicios fundamentales, reconstruir la economía y devolver la esperanza y el optimismo a los ciudadanos iraquís", sostuvo el senador. "La responsabilidad sobre la seguridad --añadió-- debe residir en los militares de EEUU, preferiblemente ayudados por la OTAN, hasta que tengamos unas fuerzas militares iraquís totalmente entrenadas".

APORTAR TROPAS Con la participación de la OTAN, Kerry confía en animar a más países para que aporten tropas al contingente desplegado en Irak, y se muestra además partidario de que EEUU envíe también más soldados si es necesario. El senador, que respaldó la decisión de Bush de atacar a Irak, le critica ahora porque "la forma en que la Casa Blanca ha gestionado la guerra ha volcado sobre EEUU la mayor parte de los costos y riesgos derivados de la transición iraquí".

A pesar de las críticas, Kerry apoyó la firmeza exhibida por Bush ante la escalada de violencia. "Los extremistas que atacan a nuestras fuerzas no lograrán dividir a EEUU, ni debilitar nuestra determinación o forzar una retirada prematura de nuestras tropas", dijo Kerry.

Acosado por las críticas a su política antiterrorista y por la escalada de violencia en Irak, el presidente Bush tenía previsto anoche defender su gestión en ambos campos durante su primera conferencia de prensa televisada en lo que va de año.

El presidente "ha pensado que es un buen momento para poner al día a los ciudadanos sobre dónde estamos y hacia dónde vamos en Irak", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, tras una escalada de violencia sin precedentes en Irak.

SEMANA DURA Sólo en los doce primeros días de abril, 78 soldados de EEUU han muerto. Además, al menos 45 extranjeros han sido secuestrados por milicias que rechazan la ocupación militar. Bush admitió el lunes que la semana pasada "ha sido dura", pero insistió en que "la situación en Irak ha mejorado".

Sin embargo, los sondeos más recientes advierten que ésta no es la sensación que va calando entre los ciudadanos estadounidenses, pues su apoyo a la gestión del presidente durante la guerra y la posguerra iraquí es cada vez menor.