Unos 1,8 millones kosovares están convocados este domingo elegir al nuevo Parlamento, en unas elecciones anticipadas que se prevén sean ganadas con rotundidad por el movimiento ultranacionalista Autodeterminación (Vetevendosje), liderado por el exprimer ministro Albin Kurti, lo que complicaría aún más los esfuerzos occidentales para resolver la disputa territorial del país con Serbia.

Los 2.382 colegios electorales en el país abrieron a las 7.00 hora local y los ciudadanos podrán votar hasta las 19.00 para elegir a 120 diputados entre más de 1.000 candidatos de 28 listas.

Veinte de ellos corresponden a las minorías, la mitad de ellos para los serbios.

Los sondeos dan a Autodeterminación entre el 41 y el 51% de los votos, frente al 25% con el que ganó las elecciones de 2019.

Segundo sería, con el 22%, el Partido Democrático de Kosovo, surgido de la guerrilla separatista que luchó contra Serbia a finales de la década de 1990 y que estuvo 20 años en el Gobierno, hasta la victoria de Albin Kurti.

Tercero sería la Liga Democrática de Kosovo (LDK) con el 19%, ahora en el Gobierno, y se espera que la nacionalista Alianza para el Futuro de Kosovo, otro partido de exguerrilleros, obtenga el 8%.

Pese a ese previsible victoria, los analistas creen que si Kurti no tiene mayoría absoluta, le será difícil formar Gobierno.

Inestabilidad política

Estas elecciones son las quintas, todas anticipadas, desde que Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia en 2008.

Se celebran después de que en 2020 cayeran dos gobiernos, el de Kurti en marzo, por una moción de censura tras siete semanas en el poder, y el del actual primer ministro, Avdullah Hoti, de la LDK, en diciembre, al considerar el Tribunal Constitucional que su elección por el Parlamento no fue legal.

La mejora de la maltrecha economía kosovar, empeorada por los efectos de la pandemia de covid-19, será uno de los grandes retos para el nuevo Gobierno en este país en permanente inestabilidad política y con un desempleo del 30%, que llega al 50% entre los jóvenes.

Otro reto es acordar con Serbia la normalización de sus relaciones, condición de la Unión Europea (UE) a los dos para una futura entrada en club comunitario.

Serbia no reconoce la independencia de Kosovo, que ha sido apoyada por Estados Unidos y la mayoría de los socios de la UE, pero no por España, China, Rusia o la India.