Presidente ilegítimo. Defensor de la pena de muerte y, por tanto, violador de los derechos humanos. Cherie Blair condena a George Bush y no esconde su hostilidad hacia el mandatario estadounidense. Detrás de las sonrisas ante las cámaras, un abismo ideológico separa a la abogada inglesa y al político de Tejas. La esposa del primer ministro británico estuvo a punto de conseguir que a los Bush se les atragantara una cena en Downing Street.

El inquilino de la Casa Blanca, que accedió el cargo gracias a una sentencia del Tribunal Supremo de EEUU, es a los ojos de la jurista, un usurpador que "le robó" la presidencia al demócrata Al Gore, según afirma una nueva biografía sobre Tony Blair que salió ayer a la venta en EEUU. "Cherie Blair sigue creyendo que Bush le ha robado la Casa Blanca a Gore", escribe el periodista inglés Philip Stephens, del Financial Times, en su libro Tony Blair: La creación de un líder mundial. Stephens afirma que en más de una ocasión Blair ha pasado un mal trago por las opiniones de su mujer.