José Luis Rodríguez Zapatero fue preguntado ayer por si se siente cómodo con que el sustituto de Romano Prodi al frente de la Comisión Europea vaya a ser el actual primer ministro portugués, José Manuel Durao Barroso, gran admirador de José María Aznar y anfitrión en la cumbre de las Azores, que dio la luz verde para la guerra de Irak. "Sí, me siento cómodo", rió el presidente, y apostilló a modo tranquilizador que la política exterior de la Unión estará en manos de Javier Solana, de quien dijo sentirse "bastante cerca".