Segundo intento en menos de veinticuatro horas para cerrar un acuerdo sobre el reparto de los nuevos altos cargos de la UE. Los jefes de estado y de gobierno de la UE, que ayer suspendieron las negociaciones tras una larga e infructuosa jornada, han estado toda la mañana con encuentros bilaterales y reuniones previas para preparar una cumbre que ha sido aplazada varias veces para dar tiempo a los líderes a coordinar unas posturas que han amanecido tan alejadas como este lunes.

El fallido intento del lunes, debido a la oposición de los países de Visegrado (Hungría, Polonia, República checa y Eslovaquia), Italia y algunos líderes del Partido Popular Europeo, ha obligado a plantear posibles alternativas que ponen de manifiesto que el mercado de fichajes ya está abierto. Entre las novedades destaca un nombre: el de Ursula Von der Leyen, actual ministra de defensa alemana, padre alto funcionario europeo y nacida en Bruselas, del PPE y que sonaría para la presidencia de la Comisión Europea. El problema: no forma parte de la terna de spitzenkandidaten o cabezas de lista en las pasadas elecciones europeas que defienden los principales grupos de la Eurocámara, y que deberán votar al candidato nominado por el Consejo Europeo.

La propuesta, que lleva el sello franco-alemán, satisface, en cambio, al bloque de Visegrado. "Hemos puesto sobre la mesa un paquete un paquete que está ganando aceptación entre un creciente número de Estados miembros. Los cuatro de Visegrado apoyan a Ursula Von der Leyen como próximo presidente de la Comisión Europea", ha anunciado Zoltan Kovacs en una red social, el portavoz del primer ministro húngaro, Viktor Orban.

BORRELL, EN LAS QUINIELAS

Según este paquete, la presidencia del Parlamento Europeo se la dividirían los populares y los conservadores la presidencia del Consejo Europeo iría para un liberal, que podría ser el primer ministro en funciones belga Charles Michel, la presidencia del BCE para la conservadora francesa Christine Lagarde, y el alto representante para la política exterior y de seguridad común de la UE para el socialista español Josep Borrell, un puesto que ya ocupó entre 1999 y 2009, Javier Solana, que actualmente está en manos de la italiana Federica Mogherini, el más cercano a la cartera que actualmente ocupa como ministro de exteriores pero que obligan al político que la ocupa a perderse muchas de las reuniones del colegio de comisarios por los numerosos viajes que lleva aparejados.

Diversas fuentes diplomáticas apuntan que la propuesta podría sufrir todavía algunas variaciones aunque de cuajar la fórmula supondría un revés para los socialistas. España se quedaría con la jefatura de la diplomacia europea pero los socialdemócratas renunciarían a la candidatura del holandés Frans Timmermans como sucesor de Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión, que tanto ha defendido Pedro Sánchez. "Seguimos defendiendo a Timmermans como presidente de la Comisión y estamos dispuestos a que Manfred Weber sea presidente del Parlamento Europeo. A partir de estos dos pilares, que han ofrecido una alternativa, estamos dispuestos a hablar con el resto de familias", afirmaba a su llegada a la sede del Consejo.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha ilustrado en su cuenta de Twitter el carácter frenético de la jornada con una galería de algunas de las muchas reuniones mantenidas.

UNIR EL FRENTE

Sánchez, que coordina la postura de los gobiernos socialistas junto a su homólogo portugués Antonio Costa, se ha reunido este martes con el resto de mandatarios socialdemócratas y nada más llegar a la sede del Consejo lo ha hecho también, junto a Costa, con el primer ministro francés, Emmanuel Macron, y el belga, Charles Michel. Los cuatro se han reunido después todos juntos con el primer ministro holandés, Mark Rutte, para intentar ofrecer un frente unido en una negociación que se presenta muy complicada.

Con la misma contundencia que Sánchez ha defendido a Timmermans lo han rechazado el bloque de Visegrado o el Gobierno de Italia. "Representamos a cuatro partidos diferentes en nuestros países pero todos estamos de acuerdo en el no a Timmermans", ha vuelto a zanjar Andrej Babis, el primer ministro checo. Babis considera inaceptable al holandés, que ha abierto varios expedientes de infracción contra Hungría y Polonia por la deriva en materia de Estado de derecho, por sus opiniones sobre inmigración ilegal o cuotas. "Nuestro problema es solo un nombre y esto no fue entendido por nuestros colegas durante 21 horas de discusión" ha añadido Babis. "Hay algunos países que están poniendo en cuestión la figura de Timmermans por haber defendido los principios y valores de la UE y los tratados y eso para nosotros es inaceptable", ha respondido Sánchez.

MERCADO DE FICHAJES, ABIERTO

El objetivo es construir un un paquete equilibrado en términos políticos, geográficos, demográfico y de género. "Vamos a trabajar con nueva creatividad y creo que todo el mundo debe entender que debe moverse. Creo que es nuestra obligación encontrar resultados y esta es la actitud mental con la que voy a afrontar la reunión: feliz y determinada", ha indicado la cancillera alemana, Angela Merkel.

La rebelión interna en su partido, el PPE, fue uno de los motivos por los que se torció la cumbre el lunes y hacia esa formación han mirado algunos de los dirigentes europeos. "Espero que el PPE pueda reiniciar porque este lunes cometieron un error y para nosotros es importante encontrar el candidato con el mayor consenso", ha recordado Bettel. Algunos dirigentes del PPE, lo mismo que el grupo político en la Eurocámara, consideran inaceptable que el puesto de presidente del Ejecutivo comunitario vaya a un socialdemócrata y han seguido insistiendo en que debería ir a los populares porque fueron el partido más votado el 26M.

Según el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, el lunes hubo 10 países, incluidos los 4 de Visegrado, que se opusieron al paquete secundado por Francia, España, Holanda y Alemania. Para salir adelante, en candidato a presidir la Comisión Europea deberá obtener una doble mayoría: de al menos 21 países que representen el 65% de la población. Ayer no hubo votación. Fuentes del Consejo no descartan que en la jornada de hoy pueda pueda ocurrir pero confían en llegar a un consenso que, según Tusk, está "cada vez más cerca".