¿Qué tienen en común el exjugador del Barcelona Simao Sabrosa, el expresidente de la República de Portugal Mário Soares y el actual ministro de Defensa, Paulo Portas? Que los tres aparecen en la lista de reconocimiento de la institución benéfica Casa Pia, el escandaloso caso de pederastia que desde hace un año mantiene en vilo a los portugueses. La trama la destaparon algunos exalumnos de la principal institución estatal para huérfanos, ahora amenazados y protegidos por la policía. Los primeros abusos se remontan a los años 70.

Esta lista ha sido elaborada por magistrados del ministerio público para que sirva de reconocimiento de los acusados por crímenes de abuso sexual de menores. En ella se han incluido a 127 personalidades de la política, el periodismo, el deporte y la sociedad portuguesa.

A toda portada

La lista no ha salido a la luz hasta hace muy poco tiempo. Y lo ha hecho, precisamente, tras la decisión de la actual jueza del caso, Ana Teixeira, de levantar el secreto de sumario. Un par de días tardó el diario portugués Independente en hacerse eco. En su portada escribió un enorme "¿Por qué?" junto a las fotografías de algunas de las caras más conocidas de Portugal. Y en el interior, la lista con los 127 nombres de los implicados, quienes se han apresurado a responder.

Hay reacciones varias: los que están a favor, los que se oponen y los que no saben o no contestan. Julio Isidro, conocido presentador de la televisión portuguesa, afirma que, si "la investigación considera necesario mostrar 127 fotos, sólo tengo que aceptar y no juzgar los métodos". Es de la misma opinión que Marcelo Rebelo de Sousa, conocido analista político. Según él, se trata de un procedimiento "usual en otras investigaciones, que intenta verificar la credibilidad policial en un caso con figuras de notoriedad".

Otros se han tomado bastante a la ligera el hecho de que su nombre aparezca en la lista y han llegado incluso a bromear con el asunto. Es el caso del realizador pornográfico Sá Leao, quien dijo: "No sabía que era tan famoso. Además, si hubiera mujeres envueltas en el proceso, sería más probable que yo apareciese. Pero así, creo que me están haciendo publicidad gratuita".

Naraná Coissoró, diputado del partido CDS-PP, también se ha servido de la ironía: "Me ha gustado verme en medio de la élite política e intelectual del país; lo único que no entiendo es por qué no aparece la foto de ninguna figura de la alta magistratura judicial. Da la impresión de que son inmunes frente a toda sospecha".

Otros, sin embargo, no se lo han tomado con tanto sentido del humor. Es el caso de Almeida Santos, expresidente de la Asamblea de la República. "El carbón, cuando no quema, ensucia", espetó.

El resto, o no ha dado importancia al asunto o, si lo ha hecho, no ha querido pronunciarse, como es el caso del alcalde de Lisboa, Santana Lopes; el secretario general del partido de la oposición, Ferro Rodrigues, o la gloria del fútbol portugués Eusebio.

Album de fotos

Como era de prever, las fotografías de los acusados, tanto los que se encuentran en prisión preventiva como los que disfrutan de libertad condicional, también se encuentran en el álbum. Ninguno de ellos ha hecho declaraciones.

Después de un año de instrucción, da la sensación de que el caso Casa Pia nunca va a tener final, porque cuanto más parece avanzar, menos avanza. Hace tan sólo unos días se ha conocido el modo irregular en el que el proceso fue asignado al juez Rui Teixeira, que no siguió las reglas que dictamina la ley de selección de jueces.

En vez de pasar por el sorteo previo, el juez Teixeira recibió el proceso a dedo, lo que ahora puede anular todas las decisiones que él tomó. ¿Qué consecuencias puede tener esto? Que los que están en la cárcel dejen de estarlo y los que están fuera puedan entrar.

El precio de cantar

Carlos Silvino es hasta ahora la fuente más importante de la investigación. Antiguo funcionario de la Casa Pia, ha asegurado que contará todo lo que sabe a cambio de una nueva cara en el extranjero. Hasta el momento mantiene que él mismo proporcionaba alumnos a los acusados para que éstos realizasen prácticas sexuales. Si dice la verdad o miente, es algo que la justicia tendrá que resolver y, por lo visto hasta ahora, está siendo una tarea bastante difícil de llevar a cabo.