La Embajada de España en el Reino Unido no ha recibido ninguna comunicación oficial sobre la detención en Londres, el 14 de julio, de la ciudadana española Laura González Perogul en el curso de una operación antiterrorista de Scotland Yard.

El hecho de que no se haya producido la notificación puede obedecer a que la detenida se haya negado a dar su consentimiento con el fin de ocultar su situación a su familia, según señalaron a este periódico fuentes de la legación diplomática. Pese a ello, la familia de González ha sido informada de que una asistenta social de la embajada se desplazará hoy a la prisión de mujeres de Holloway Road con la intención de que la muchacha, de 27 años, firme un documento que le permita ser asistida.

UNA BOLSA CON PASAPORTES FALSOS Laura González fue arrestada el 14 de julio, después de que una unidad antiterrorista de Scotland Yard detuviera a su marido, Redha Terki, ciudadano británico de origen turco, también de 27 años, y a la sueca Tina Lund, de 19 años, en el aeropuerto de Stansted, al norte de Londres. La detención de la española se produjo horas más tarde en su domicilio londinense, donde la policía se incautó de una bolsa llena de pasaportes falsificados en Tailandia.

Los cargos contra los tres detenidos, confirmados el 16 de marzo por el Tribunal de Westminster, son lavado de dinero y conspiración para el uso y la producción de documentos falsos. Sin embargo, no se descarta que en este caso exista un vínculo "consciente o involuntario" con el terrorismo islámico, según señalaron fuentes de la investigación.

Sin embargo, las mismas fuentes indicaron que la detenida española es la "parte débil de la acusación" y que es muy posible que resulte inocente. De hecho, aseguraron que a González se le ha ofrecido la libertad condicional mediante una fianza de 100.000 libras esterlinas (unos 150.000 euros). Se ignora si la muchacha ha dado pasos orientados a aprovechar ese beneficio judicial.

Fuentes próximas a la familia de la detenida que reside en Londres desde noviembre del 2001, aventuran la hipótesis de que la decisión de la joven de ocultar su situación penal responde a presiones "de alguien", para que guarde silencio.