Mahmud, que ronda los 50 años, es uno de los últimos civiles que todavía viven en el centro de Nayaf, cerca del cementerio, donde hay combates desde hace ya una semana. "Ya sólo hay combatientes del Ejército del Mehdi", explica a su llegada de una visita a un familiar en la periferia de Nayaf, la ciudad santa shií.

Este comerciante de electrodomésticos, que tenía una tienda en el antiguo mercado floreciente del centro de la ciudad, explica que evacuó a toda su familia cuando empezaron los enfrentamientos. "¿Cómo puede quedarse aquí una familia cuando no hay agua ni electricidad ni suministro e, incluso, no se evacua a los heridos?", se pregunta, con las facciones marcadas por el agotamiento que sufre. "Alrededor de mi casa sólo hay destrucciones. La mayoría de mis amigos han huido con sus mujeres y sus hijos", se lamenta.

Compra difícil

"Incluso en el resto de la ciudad ya no hay mercado. Ni están los vendedores que traían productos. Vivimos de las reservas. Además, los precios de los alimentos se han doblado", prosigue Mahmud, vestido de forma tradicional árabe. "Los que pueden tienen que ir en coche al mercado de Kufa, pero se arriesgan a resultar heridos de bala", añade. "Nadie puede ganar con esto, pero de momento los civiles son los que más sufren, por lo que sería mejor que combatieran fuera de las ciudades", asegura, con la aquiescencia de las personas que se encuentran a su alrededor.