Unos 1.500 bomberos y brigadistas, apoyados por helicópteros e hidroaviones, luchaban en la noche del domingo a destajo para mantener bajo control el fuego que había arrasado un sector de la ciudad portuaria de Valparaíso y que, debido a los vientos, amenazaba con propagarse.

"Hay algunos lugares donde ha rebrotado y se está trabajando", dijo la presidenta chilena, Michelle Bachelet, durante un recorrido por algunos de los cerros afectados. Los reportes de las autoridades dan cuenta de la muerte de 12 personas, más de 500 heridos, miles de evacuados, 8000 damnificados y 2000 casas devoradas por las llamas.

"Esta es una tremenda tragedia, tal vez el peor incendio en la historia de Valparaíso", señaló la jefa de Estado. Los encargados de sofocarlo estimaban que, si el clima ayuda, podrían controlar la situación el martes.

El siniestro comenzó el sábado en los aledaños de la ciudad portuaria y se fue extendiendo unas 850 hectáreas hacia sus característicos cerros. Bachelet, que asumió el cargo el pasado de marzo, decretó el estado de excepción en la zona. En principio se pensó que se trató de un grave error humano.

Según el portal del diario El Mercurio, los primeros peritajes descartan la participación de personas en el inicio del mega incendio. Fuentes vinculadas a la investigación sostuvieron que el desastre se habría iniciado debido a que dos aves se electrocutaron cuando intentaron pararse sobre un poste de alta tensión.

Los cables, ubicados en el camino La Pólvora, una de las carreteras de acceso a la ciudad, oscilaban y chocaban entre sí debido al viento. Las chispas cayeron al suelo donde había hojas secas. Las llamas no tardaron en crecer y esparcirse, alcanzando a las barriadas humildes que se levantan en los cerros La Cruz, El Vergel, San Roque, Las Cañas y Mariposas.

Si bien la fortuna jugó una mala pasada, no faltan especialistas que llaman a no pasar por alto las condiciones que permitieron que el fuego se ensañara otra vez con los que menos tienen. El conocido arquitecto y urbanista Iván Puduje responsabilizó a las autoridades de los daños provocados. "La única razón que se me ocurre es la negligencia, la indolencia del municipio que ha autorizado un conjunto de viviendas, o que ha regularizado otras en zonas de riesgo".

Basura y dificultad de acceso

En buena parte de los cerros y quebradas florecieron asentamientos informales en donde existen serios problemas como la acumulación de la basura, la dificultad de acceso y el material ligero de las casas. "Lo que estamos viendo ahora es la expresión de eso y de la inequidad urbana que afecta a la ciudad", señaló Puduje.

La presidenta no dejó de lamentar los alcances del siniestro y, con cierto estoicismo, dijo: "La gente de Valparaíso tiene coraje, tiene fuerza y no están sola". El Gobierno anunció ayer por la noche que entregará bonos a los damnificados.

Valparaíso es la capital de la región homónima que incluye varios de los balnearios más populares de Chile, como Viña del Mar. La dictadura de Augusto Pinochet llevó a Valparaíso a la legislatura nacional con el propósito de restarle peso político a una capital entonces en estado de ebullición. La ciudad es, también, la sede de la Comandancia en Jefe de la Armada de Chile, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y la Subsecretaría de Pesca.

Emplazada en una bahía rodeada de cerros, se distingue por sus antiguas casas con sus fachadas de distintos colores, sus calles empinadas, y sus elevadores, con unos 100 metros de rieles. La UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad.

Oda de Neruda

Pablo Neruda le dedicó una oda apasionada: "Valparaíso, qué disparate eres/ qué loco, puerto loco/ qué cabeza con cerros/ desgreñada, no acabas de peinarte/ nunca tuviste tiempo de vestirte/ siempre te sorprendió la vida/ te despertó la muerte, en camisa, en largos calzoncillos".

En 1906 fue devastada por un terremoto. "Somos una ciudad demasiado vulnerable. Hemos sido constructores y arquitectos de nuestros propios peligros", dijo su alcalde, Jorge Castro. Y, abrumado, agregó: "Todavía le costaba creer lo que habían atravesado sus habitantes. "Hemos acumulado imágenes horribles que nos tienen muy mal (...) Hoy ver devastados barrios completos, remover los escombros y ver a gente -que son vecinos nuestros- calcinada, ver que no podemos pasar y ayudarlos debido al fuego, ver los rostros de la gente, es la impotencia misma, nunca habíamos vivido una tragedia de esta naturaleza".

Ricardo Bravo, intendente de la Región de Valparaíso, señala que se necesitan materiales de construcción y enseres. "Nos queda una ardua tarea de reconstrucción. Que la expresión de solidaridad no se olvide en una semana, se viene un invierno duro”.