Y un día finalmente habló Luiz Inácio Lula da Silva. El expresidente (2003-2010) aseguró que Brasil es gobernado por una "banda de locos", y sus palabras de inmediato ganaron los primeros planos noticiosos. En la noche del viernes millones de personas no hicieron más que comentar su primera intervención desde que cumple una condena por corrupción en una cárcel de la sureña ciudad de Curitiba, en el estado de Paraná. "Estoy seguro de que duermo todo el día con mi conciencia tranquila, y estoy seguro de que el (procurador Deltan) Dallagnol no duerme y tampoco el (ministro de Justicia y ex juez Sergio) Moro", dijo sobre los artífices de una sentencia que primero fue de nueve años, luego fue incrementada a 12 por un tribunal de segunda instancia, y acaba de ser reducida a ocho años.

Moro fue premiado por Jair Bolsonaro con la cartera judicial por haber llevado a Lula detrás de las rejas en el marco de un juicio en el que no se pudo demostrar que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) había recibido un apartamento en el balneario de Guarujá como intercambio de un favor político. "Moro no sobrevive en la política", profetizó el ex mandatario y reconoció que tiene una "obsesión" por "desenmascarar" al ex magistrado. El juicio en su contra, dijo, ha sido una "farsa".

Desde su entrada en la cárcel en abril de 2018, Lula tenía prohibido conceder entrevistas. La justicia autorizó que recibiera al diario paulista Folha y a El País. Como era de esperar, las declaraciones tuvieron un alto impacto político. "!Hombre de Estado! Un hombre con el foco en los destinos del mundo, de Brasil, en el dolor del pueblo brasileño. Posiciones fuertes y firmes, habla con el sentimiento del pueblo. Será siempre referencia de la lucha, de los derechos, de la democracia, de la soberanía", dijo la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann.

"Vamos a hacer una autocrítica general a este país", dijo Lula al comentar la existencia de un Gobierno de ultraderecha en Brasil. "El país no lo merece y, sobre todo, el pueblo no lo merece".

"Soy inocente"

El expresidente insistió en su inocencia, dijo tener su conciencia tranquila e insistió en que prefiere seguir en la cárcel a perder su dignidad. "Permanezco preso 100 años pero no cambio mi dignidad por la libertad", afirmó. A pesar de la cárcel, el linchamiento mediático, el congelamiento de sus bienes y el hostigamiento a su familia, Lula dijo carercer de resentimiento. "No tengo odio, no guardo dolor porque, a mi edad, cuando la gente se queda con odio la gente muere antes", señaló. El fundador del PT criticó la indulgencia con el que buena parte de la prensa trata al capitán retirado Bolsonaro y la comparó con lo que tuvo que atravesar durante sus dos administraciones y fuera dell Gobierno. "Imagínese si los milicianos de Bolsonaro fueran amigos de mi familia?", dijo sobre los vínculos probados entre los hijos del actual presidente con parapoliciales de Río de Janeiro.

Aunque durante la mayor parte de la entrevista, grabada también en vídeo, el exmandatario pareció tranquilo, se quebró al recordar la muerte de uno de sus hermanos y de su nieto de siete años, en enero y marzo de este año, respectivamente. "Vavá es como si hubiera sido un padre para toda la familia. Y la muerte de mi nieto fue una cosa que efectivamente no, no, no ... (comenzó a llorar). A veces pienso que hubiera sido mejor que yo hubiera muerto. Porque yo ya he vivido 73 años, yo podría morir y dejar a mi nieto vivir". El ex sindicalista tuvo palabras de moderada ponderación para el vicepresidente Hamilton Murao por haberse mostrado a favor de que Lula pudiera despedirse de su nieto. Murao se encuentra por estos días enfrentado con los hijos del presidente Bolsonaro, entre otras razones por su posición frente al caso de Lula.

Lula ha vuelto al menos por unas horas al centro de la escena política. Algunos analistas creen que es apenas el comienzo. La reducción de la pena dispuesta por el Tribunal Superior de Justicia (tercera instancia) le permitiría acogerse al beneficio de la prisión domiciliaria en setiembre. "Sé muy bien qué lugar me reserva la historia. Y sé también quién estará en el basurero", dijo.