La reforma de las pensiones de Emmanuel Macron avanza en el terreno político sin haber apagado las brasas de la contestación social. El Gobierno ha presentado este viernes en el Consejo de Ministros los textos que la Asamblea Nacional debatirá a partir del próximo 3 de febrero mientras en las calles miles de personas volvían a exigir la retirada del proyecto que prevé sustituir los 42 regímenes de jubilación actuales por un sistema universal basado en puntos.

En París se han manifestado entre 350.000 y 400.000 personas, según el sindicato CGT, que habla de 907.000 manifestantes en toda Francia. La oposición a la reforma resiste tras 51 días seguidos de huelga en los transportes -la más larga de la V República- pese a que en las últimas semanas la movilización había perdido fuerza y se orientaba hacia acciones más radicales, como cortes de luz o boicots a ministros.

"Estamos aquí por una cuestión de dignidad", decía Lina, de 55 años, en la marcha parisina. "Vivimos en un sistema moderno de esclavitud", añadía. El cortejo recorrió en un ambiente festivo y con más tenacidad que esperanzas de lograr su objetivo los cinco kilómetros que separan la plaza de la República de la de la Concordia. "No creo que el Gobierno se mueva, pero hay que salir a la calle porque es la gota que colma el vaso", apuntaba Nicolas, matemático e investigador universitario de 26 años.

El proyecto presentado este viernes confirma el fin de los regímenes especiales y la creación de un único sistema para todos los trabajadores que empezará a aplicarse completamente a los nacidos después de 1975.

Aunque mantiene la edad legal en los 62 años, contempla una "edad de equilibrio" para garantizar la sostenibilidad del sistema y serán los agentes sociales quienes decidan las medidas financieras en una conferencia que arrancará el 30 de enero.

En el estudio de impacto que acompaña el proyecto de reforma, el Gobierno menciona los 65 años como la edad de jubilación real para cobrar el 100% de la pensión en el caso de una persona que empiece a trabajar a los 22 años y tenga 43 años cotizados. Y calcula que, incluso así, la Seguridad Social tendrá un déficit del 3% en el horizonte del 2040.

Muchos detalles del nuevo sistema no se conocerán hasta que finalice la fase de concertación desarrollada en paralelo al trámite legislativo, de ahí entre sus páginas haya numerosos espacios en blanco. "Es un texto que deja espacio al diálogo", justificó el secretario de Estado al frente del dossier, Laurent Pietraszewski.

El primer ministro, Edouard Philippe, ha defendido en el diario católico La Croix el carácter "redistributivo" de la reforma, pero la oposición de izquierdas no termina de verle el lado social.

"El Gobierno decide enfrentarse a la sociedad francesa", ha criticado Jean Luc Mélenchon, líder de la Francia Insumisa. "Es un insulto a la democracia", ha lamentado el Partido Socialista.

"Vamos a tener que trabajar más. Es lo único que hemos entendido de este proyecto", resumía Philippe Martínez, secretario general de la CGT.

VIOLENCIA POLÍTICA Y SOCIAL

Aunque fue una de las promesas de campaña de Macron que hace un año apoyaban dos de cada tres franceses, hoy el 61% cree que el presidente debería tener en cuenta la contestación y retirar la reforma. Los sindicatos no tiran la toalla y han convocado tres nuevas jornadas de paros y manifestaciones la próxima semana.

Mientras, Macron ha denunciado sin nombrarlos a quienes "atizan la violencia política y social". Se instala en los discursos políticos extraordinariamente culpables la idea de que ya no estamos en una democracia y que se instala una forma de dictadura", ha dicho en una entrevista en radio J.

"Él es el único responsable de la violencia que hay en el país. Es un comportamiento monárquico", le ha replicado Mélenchon.