Francia se despertó ayer con que el Elíseo tendrá una nueva vajilla de la reputada manufactura de Sèvres que le costará al erario público la friolera de medio millón de euros, según revelaba el diario satírico Le Canard Enchaîné, que desconfió de la versión oficial del palacio presidencial cifrando el gasto en 50.000 euros y se puso a mirar el precio de los platos en el catálogo del fabricante. La noticia llegaba después de que Emmanuel Macron dijera que las ayudas sociales les cuestan al Estado «un montón de pasta». Y la polémica ya está dada.

La propia Sèvres ha informado de que Macron y su esposa han encargado 1.200 platos». Treinta artistas y diseñadores participaron en una oferta pública lanzada en diciembre y la primera dama, Brigitte Macron, eligió personalmente al ganador, Evariste Richer, que ha decidido darle al servicio de mesa el nombre de Azul Elíseo. Una referencia monárquica porque el Azul de Sèvres era el de la porcelana usada por la familia real francesa. Cuando el Elíseo anunció hace días la renovación de su vajilla habló de un coste de 50.000 euros. Pero esta es la cantidad destinada solo a pagar a los 30 artistas del concurso.